Las enfermedades hereditarias son aquellas que se trasmiten de los progenitores a su descendencia. Existen muchas clases de cáncer, y que el hecho de tener familiares directos afectados por esta enfermedad supone, sólo en algunos casos, una cierta predisposición a sufrirlo. El porcentaje de casos de cáncer debido a una alteración genética es únicamente de entre el 5 y el 10%.
Aproximadamente se calcula que existen unos 40 genes que pueden estar relacionados con la predisposición a desarrollar el mismo tipo de cáncer que los familiares más próximos. Los estudios con el genoma humano harán posible conocer en un futuro la probabilidad de una persona de sufrir ciertas enfermedades, lo que ayudará a prevenirlas.
Últimamente se han identificado una serie de alteraciones genéticas que pueden ser transmitidas de padres a hijos/as y que aumentan el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer entre los miembros de una misma familia. Es posible conocer si una determinada persona sufre la alteración genética que predispone a sufrir con más frecuencia un cáncer de mama, de ovario o de colon
Se pueden realizar unos análisis genéticos y solicitar una consulta de consejo genético
En el caso de las mujeres los cánceres que pueden heredarse son el de mama y el de ovario. Los cánceres hereditarios de colon y recto son los más habituales en los hombres.
El cáncer renal se puede presentar, como casi todos los cánceres, con una forma hereditaria y otra no hereditaria o esporádica, constituyendo estos últimos la gran mayoría (95%)
El cáncer se considera hereditario cuando aparece un tipo determinado de esta enfermedad -por ejemplo cáncer de colon- en varios miembros de la misma familia y durante varias generaciones. El cáncer hereditario suele manifiestarse a edades más tempranas para este dolencia, es decir, entre los 40 y los 50 años .
Cuando una persona tiene una susceptibilidad hereditaria a padecer cáncer debe practicarse controles médicos periódicos para detectar la posible aparición de la enfermedad y tratarla en su fase inicial. El médico realiza primero un cuadro completo de los casos y tipos de cáncer en la familia.
Después completa el diagnóstico con un estudio genético: no tienen una fiabilidad del 100% pero ayudan a determinar si el paciente tiene más o las mismas posibilidades que cualquier otra persona de desarrollar un determinado tipo de cáncer. El estudio genético puede ayudar a determinar la mutación genética familiar que se ha producido y hacer un seguimiento especial de los miembros de la familia que son portadores de esa alteración.
Representa aproximadamente del 5 al 10% de todos los casos de cáncer de mama. Algunos genes alterados relacionados con el cáncer de mama son más frecuentes en ciertos grupos étnicos.
Las mujeres que tienen un gen alterado relacionado con el cáncer de mama y que padecieron de cáncer en una mama tienen un riesgo más alto de padecer de cáncer de mama en la otra mama. Estas mujeres también tienen un riesgo más alto de padecer de cáncer de ovario y pueden tener un riesgo mayor de padecer de otros cánceres.
Entre un 5 y un 10% de los cánceres colo-rectales son hereditarios. A partir de los 50 años se deben hacer análisis para buscar sangre en las heces: los casos positivos deben someterse a un estudio con una colonoscopia.
También existen factores de riesgo como la obesidad, la diabetes, la enfemedad de Crohn o la colitis ulcerosa, y la presencia de antecedentes en la familia, en los que también hay que llevar a cabo un especial seguimiento. Las personas que piensan que pueden estar en riesgo deben consultar el tema con su médico: toda persona que se sienta alarmada por haberse diagnosticado en su familia varios casos de un mismo tipo de cáncer a edad temprana deben consultarlo con su médico.