La Organización Mundial de la Salud hace un fuerte llamado a mantener las campañas de vacunación para evitar los brotes de sarampión. El virus del sarampión es altamente contagioso y la única forma de protección es la vacuna. Por lo que es importante seguir las normas de vacunación de las autoridades sanitarias de cada país.
La vacuna triple viral o SPR (sarampión, paperas y rubéola) protege contra estas enfermedades peligrosamente virales. Es fácil contagiarse y sus complicaciones son graves. Antes de que se aplicaran las vacunas, estas enfermedades eran muy comunes, sobre todo en los niños.
La aplicación de la vacuna triple viral consiste en dos dosis. La primera se realiza entre los 12 y 15 meses de edad, mientras que la segunda dosis se aplica de los 4 a 6 años de edad (se puede realizar antes si se administra, por lo menos, 28 días después de la primera dosis). Esta doble aplicación representa una protección fuerte y prolongada.
Esta vacuna no tiene riesgos y no se conocen complicaciones si se recibe al mismo tiempo con otras vacunas.
Como cualquier otro medicamento, existen riesgos de reacciones después de aplicar la vacuna. Pero estos son leves, por lo general, desaparecen solos y se pueden tratar en caso de ser necesario. Además, es más seguro vacunarse que caer enfermo de sarampión, paperas o rubéola.
El sarampión afecta sobre todo a los niños. Se transmite por medio de gotas secretadas por la nariz, la boca o la garganta que viajan por aire o a través del contacto directo con personas infectadas.
Algunos de sus síntomas son erupciones en todo el cuerpo, fiebre alta, ojos rojos y congestión nasal. Si la enfermedad se complica, puede aparecer ceguera, diarrea grave, encefalitis, infecciones del oído y hasta neumonía.
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