Aunque los dolores abdominales son muy frecuentes durante el embarazo, en la mayoría de los casos no son graves. No obstante, vinculados a otros síntomas pueden indicar la presencia de patologías más o menos serias.
Durante el embarazo, los dolores que se sufren en la región abdominal y a la altura del bajo vientre son debidos a diferentes patologías más o menos serias. En cualquier caso, padecer estos síntomas es motivo suficiente de consulta médica o ginecológica inmediata para evitar complicaciones susceptibles de poner en peligro la vida del niño y/o de la madre.
La mayor parte de los dolores abdominales no son patológicos. Esto quiere decir que afectan a casi todas las mujeres embarazadas en diferentes fases de la gestación. Aparecen a la altura del abdomen, del bajo vientre o en la zona del útero.
Habitualmente se trata de un "síndrome de ligamentos pélvico" benigno que se caracteriza por provocar retortijones en el bajo vientre, dolores lumbares o vinculados a determinados movimientos, lo que dificulta los desplazamientos.
Al final de embarazo, a partir de la semana 38 de gestación, los dolores pueden ser más frecuentes como consecuencia de las contracciones repetidas y previas al parto.
Durante el primer y segundo trimestre de embarazo el dolor abdominal puede deberse a un embarazo ectópico, a la presencia de un quiste en un ovario o bien preceder a un aborto espontáneo.
Hace referencia a la implantación del cigoto fuera del útero (en general en una de las trompas de Falopio). El embarazo éctópico es una patología grave que puede provocar una hemorragia interna, potencialmente mortal para la madre.
Los síntomas incluyen dolores abdominales fuertes y persistentes, hemorragias que provienen de la vagina, vértigos y desvanecimientos.
Un embarazo de cada cuatro termina en un aborto espontáneo. Se refiere a la expulsión accidental o espontánea del feto, generalmente antes de los seis meses (28 semanas) de embarazo.
Los síntomas que preceden al aborto espontáneo son: calambres y dolores abdominales (no sistemáticos), hemorragias abundantes y continuas procedentes de la vagina y desaparición de los signos del embarazo, como por ejemplo, la disminución del volumen de los pechos.
La formación de quistes (tumores ováricos benignos o malignos) puede provocar complicaciones durante el embarazo. Una de las más frecuentes es la "torsión de un quiste ovárico", que requiere una intervención quirúrgica urgente.
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