El paso de la hora de verano a la hora de invierno es causante de un desfase horario que provoca una perturbación del reloj biológico, sobre todo en niños, personas de edad, personas que tienen trastornos del sueño y las que padecen de una o varias patologías o que presentan una fragilidad psicológica.
Según varios estudios científicos, un cambio de hora sería más perturbador para el ritmo biológico que el desfase horario por un viaje.
Según un estudio, el consumo de medicamentos, especialmente calmantes, aumentaría la alteración del reloj biológico en un 19 % debido al cambio de hora.
Dormir tranquilamente, adaptarse progresivamente, acostarse antes, dormir más y para ciertas personas modificar su ritmo de trabajo puede ayudar a adaptarse el paso de la hora de invierno a la hora de verano.