Los cuidados paliativos consisten en una serie de disposiciones que aseguran no solo los tratamientos activos, sino también el acompañamiento de un paciente y de su entorno con la enfermedad. Los cuidados paliativos no tratan de curar, se limitan a aliviar los síntomas y a dar apoyo a los pacientes hasta el final de la vida en medio hospitalario, aunque también están disponibles a domicilio. Los cuidados paliativos intervienen cuando no hay ninguna esperanza de curación del paciente. Su objetivo es asegurarse de que tiene la mejor calidad de vida posible para terminar sus días con dignidad. Combinan no solo la gestión de los síntomas dolorosos, el cuidado, el confort y el apoyo psicológico del paciente, sino también de su familia. Los deseos del paciente y su familia deben escucharse y aplicarse tan pronto como sea posible. En función de la patología y de las modalidades de tratamiento necesarios, los cuidados paliativos se puede hacer en el hospital, en centros especializados o en casa.
Determinar si un paciente necesita o no cuidados paliativos es consecuencia de una decisión en la que interviene el cuerpo médico, los profesionales paramédicos como las enfermeras, la familia e incluso el paciente.
Los pacientes que se pueden beneficiar de los cuidados paliativos son aquellos cuyo estado de salud está extremadamente alterado. Las personas a las que mayormente concierne es a los pacientes:
Con los cuidados paliativos, los equipos médicos ahora tienen la oportunidad y en particular la obligación de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Para ponerlos en práctica se debe: