La vitamina K es una vitamina que existe en tres formas distintas, que puede ser suministrada por la dieta o fabricada por el propio organismo. Participa en el proceso de coagulación de la sangre para la fabricación de determinados factores de coagulación en el hígado. En caso de carencia de vitamina K la disminución en la cantidad de estos factores conduce a una peor coagulación de la sangre y a que la sangre aparezca más fluida. Esta propiedad se utiliza de forma terapéutica con las anti-vitaminas K, medicinas que se dan para prevenir los fenómenos de trombosis o de embolias, o como tratamiento en estas circunstancias. La Anti-vitamina K se utiliza principalmente en caso de flebitis, embolia pulmonar o arritmia cardíaca por fibrilación auricular, que son los principales factores de riesgo de accidentes cerebrovasculares.