Es posible que estés experimentando un embarazo anembrionario o gestación anembrionada, también conocido como "huevo huero". Este tipo de embarazo ocurre cuando un óvulo fertilizado se implanta en el útero, pero el embrión no se desarrolla o deja de desarrollarse, resultando en un saco gestacional vacío. En estos casos, las pruebas de embarazo pueden dar positivo debido a la presencia de la hormona gonadotropina coriónica humana (GCH) secretada por el embrión antes de dejar de desarrollarse.
El diagnóstico de un embarazo anembrionario se realiza mediante ecografía, donde se observa el saco gestacional vacío. Es importante realizar una segunda ecografía una semana después para confirmar el diagnóstico. La causa habitual de este tipo de aborto es la existencia de anomalías genéticas o cromosómicas que se producen en el momento de la fecundación, que pueden estar asociadas a una baja calidad del espermatozoide y/o el óvulo y que impiden el desarrollo del embrión.
Si se confirma un embarazo anembrionario, el único tratamiento posible es provocar el aborto y realizar un legrado. Es importante hablar con tu médico para obtener más información y orientación sobre cómo proceder en tu situación específica.