La convulsión febril (CF) es un síntoma neurológico que aparece subitamente pero que es transitorio y aparece en relación con la fiebre
Las convulsiones aparecen en menos del 5% de los niños que presentan fiebre. Afectan en la mayoría de los casos a los niños menores de 5 años, con un pico entre los 18 meses y los 3 años. De 3 a 5 niños de cada 100 la han padecido. El 90% de las convulsiones febriles son benignas.
Una crisis de convulsión febril es una crisis de epilepsia que aparece asociada a una fiebre elevada. La mayor parte de estas crisis son simples y tienen buen pronóstico.
Las crisis aparecen en los niños de 9 meses hasta los 5 años. La crisis es generalizada. Duración: inferior a 10 ó 15 minutos.
No hay déficit neurológico: el examen neurológico es normal. No aparece ninguna recaída en las 24 horas siguientes. Ausencia de lesión cerebral. Desarrollo psicomotor normal. EEG (Electroencefalograma) normal .
El riesgo de padecer otra crisis de CF tras un primer episodio es de entre un 20 y un 40%.
Ciertas crisis duran mucho tiempo y pueden presentar signos de gravedad, sobre todo cuando aparecen en niños menores de 9 meses o de más de 5 años. Las crisis de convulsiones complejas suponen el 10% de las convulsiones. El pronóstico es, en este caso, más reservado y el riesgo de recaída es más elevado que durante las convulsiones benignas.
La crisis se prolonga más de 15 minutos. Crisis localizada, que afecta a la mitad del cuerpo (semicorporal). Aparición de un déficit motor tras la crisis.
El examen neurológico es normal. Existencia de antecedentes familiares de epilepsia.
En ocasiones, una convulsión febril puede revelar una enfermedad neurológica.
Medidas de protección indispensables:
Indicaciones del tratamiento preventivo de las CF:
Convulsiones febriles complicadas.
Convulsiones febriles repetidas. Esta prevención puede hacerse solo cuando el niño tenga fiebre, o de forma continua desde que se diagnostica. Su pediatra decidirá si realmente es necesaria la prevención y en caso afirmativo, cual de ellas aplicar.
La tendencia actual en una convulsión febril TÍPICA es NO aplicar prevención ante todo proceso febril porque el 90% de ellas son BENIGNAS. Lo mejor es tratar la fiebre con antitérmicos suaves y medidas físicas evitando los ascensos o descensos bruscos de la temperatura. También suelen prescribirse, de forma preventiva, antitérmicos tras la administración de las vacunas para evitar la aparición de fiebre.
Varían según el número de criterios. Se proponen 2 tipos de tratamientos:
Se aconseja la hospitalización: