Todos las personas con asma, salvo aquellas que sufren una molestia grave, pueden practicar deporte y hacer ejercicio. Algunos campeones olímpicos son asmáticos.
La actividad física nos ayuda a tonificar los músculos respiratorios y a prevenir factores que pueden acentuar el cansancio, como el sedentarismo y el sobrepeso. Cuando el asma está bien controlado y el paciente sigue su tratamiento de forma correcta, se puede llevar a cabo una actividad física de forma regular aunque siempre con cierta precaución. Hay atletas de élite que son asmáticos y pueden hacer deporte sin ninguna limitación.
Los resultados de algunos estudios han puesto en evidencia que los niños asmáticos que practican ejercicio físico faltan menos a la escuela, tienen menos ingresos hospitalarios y necesitan menos medicación para controlar su asma. Además, el deporte mejora su autoestima.
En el caso de los adultos con asma, el deporte mejora la distancia en el test de 6 minutos caminando, tienen un ligero aumento en la frecuencia cardiaca máxima y, en general, mejora su calidad de vida.
Los ataques de asma son el mayor peligro que pueden experimentar aquellos que padecen asma. Realizar deporte sin tomar las medidas preventivas puede causar que la obstrucción bronquial se manifieste de forma más violenta y que se presenten síntomas de una crisis, como aumento de los silbidos, picazón en el cuello, fatiga, lentitud para reaccionar y dificultad para hablar.
En los pacientes que sufren asma moderado, el objetivo debe ser mejorar la tolerancia al ejercicio. Se recomienda una intensidad de 60 % de la máxima tolerada y con el tiempo se puede aumentar la intensidad del ejercicio.
En los pacientes con asma severo, se intenta mejorar el rendimiento músculo esquelético, ya que tienen más limitaciones para los ejercicios aeróbicos. En estos casos, se recomiendan circuitos que tengan ejercicios variados y que favorezcan tanto la resistencia como la fuerza de los músculos.
La fisioterapia respiratoria mejora la calidad de vida de los asmáticos, disminuye el absentismo laboral y escolar, mejora el estado emocional y disminuye el estrés que provoca esta enfermedad. La práctica de fisioterapia respiratoria en los pacientes asmáticos ayuda a disminuir los síntomas diarios y la dosis de la medicación habitual, mejora la llegada de los medicamentos inhalados a las zonas más profundas del pulmón, ayuda en la estabilización del paciente tras una crisis y mejora la limpieza de secreciones bronquiales, ya que mejora la inflamación y el broncoespasmo. También previene las crisis al mejorar la mecánica ventilatoria del paciente.
Un asmático puede practicar el deporte que más le guste si respeta ciertas reglas. Muchos niños participan poco en las actividades deportivas porque son asmáticos y piensan, como sus padres, que no es recomendable practicar deporte. Uno de cada dos niños asmáticos que no reciben un tratamiento adaptado, sufre molestias cuando hace deporte. Es necesario adaptar la intensidad del esfuerzo al grado de gravedad del asma y elegir un deporte que provoque pocas molestias respiratorias.
El deporte permite al asmático comprobar que puede vivir con normalidad, disminuye la aparición del asma provocado por el esfuerzo, aumenta la aptitud física y disminuye el ahogo.
El asmático debe controlar el estado de su asma y su estado general. Un asmático que padece una crisis de asma o que es víctima de una infección viral que provoca fiebre alta no puede practicar deporte sin consejo médico.
Las condiciones meteorológicas deben tenerse en cuenta. Un asmático alérgico al polen debe evitar practicar alguna actividad deportiva al aire libre en un día de fuerte polinización. Es necesario adaptar las posibilidades en función del estado respiratorio y vigilar el medidor de flujo espiratorio máximo, especialmente en caso de que existan síntomas. Por otra parte, evitar correr cuando el tiempo es frío y seco, elegir un deporte que nos guste y hacer el calentamiento antes de empezar el ejercicio físico.
Es importante comprobar que el asma está bien controlado. En algunos casos, hay que inhalar un medicamento broncodilatador 10 o 15 minutos antes del esfuerzo si el médico así lo ha prescrito. Siempre hay que tener en el bolsillo un broncodilatador para inhalar en caso de molestia respiratoria y no esperar para utilizarlo.
Los deportes más apropiados para los pacientes con asma son los que no provocan una excesiva presión pectoral y los que se practican en espacios cerrados. Las artes marciales, la natación y la gimnasia artística son las actividades físicas más recomendadas. Los movimientos cortos y breves permiten estar en forma y aumentar la masa muscular.
La natación es un deporte muy recomendado que permite una reeducación respiratoria y desarrolla la musculatura torácica. Aunque es importante tener presente que algunos productos utilizados en la limpieza del agua de la piscina pueden provocar alguna reacción alérgica.
El jogging y la carrera de fondo no están contraindicados. Hay que ser prudente durante el tiempo frío y seco, así como en la primavera en caso de pico de polen para aquellos que son alérgicos. Correr provoca más molestias respiratorias que la bicicleta. Se desaconseja la hípica porque existe un riesgo importante de sensibilización al caballo o a otros alérgenos contenidos en la paja.
El buceo está contraindicado en caso de asma, ya que la inhalación del aire frío y seco asociado a la hiperventilación durante la inmersión puede provocar una crisis de asma. Por otra parte, es imposible inhalar un medicamento en el fondo del agua.
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