La litiasis urinaria es la formación de uno o varios cálculos en las vías urinarias. Esta patología es también denominada "cálculos urinarios".
Los cálculos están constituidos por distintos elementos. La composición de un cálculo depende particularmente de la alimentación así como de la aportación hídrica.
Nuestro modo de alimentación, el consumo de calcio, de sal, de proteínas, de carne, así como el clima, la insolación y nuestro tipo de hidratación influyen en la composición de las orinas.
Los cálculos de minerales son los cálculos compuestos de calcio, los de oxalato de calcio y los de fosfato de calcio o los de fosfato amónico-magnésico. Los cálculos de calcio comprenden más del 80 % de los casos. Los cálculos de oxalato de calcio son los más frecuentes.
Los cálculos orgánicos son compuestos por ácido úrico, por cistina o por xantina. Los cálculos de ácido úrico comprenden aproximadamente entre el 5 % y el 10 % de los casos. El ácido úrico presente en la sangre es normalmente eliminado por los riñones, que lo hacen pasar en las orinas.
En caso de una concentración de ácido úrico en la sangre elevada, (hiperuricemia), ésta puede cristalizarse en las vías urinarias y provocar un cálculo.
La tasa de ácido úrico puede elevarse en casos de alcoholismo, de consumo de algunos medicamentos (diuréticos, anticancerígenos, betabloqueadores), régimen alimenticio hiperprotídico, consumo importante de embutidos, esfuerzos musculares intensos, menopausia o diabetes.
Aunque muy raramente, ciertos cálculos pueden ser provocados por medicamentos, como por ejemplo el indinavir, prescrito en la lucha contra el VIH, las sulfamidas o el triamtereno (diurético).
Los cálculos de estruvita, formados por fosfato amónico-magnésico, son de origen infeccioso y representan cerca del 10 % de los casos.
Los cálculos debido a una enfermedad genética hereditaria, como la cistinuria y la hiperoxaluria son muy raros y comprenden cerca del 1 % de los casos.
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