Más del 30% de los niños presentan reflujo gastroesofágico que provocan regurgitación.
Esta afección representa uno de los motivos de consulta médica más frecuentes.
Por lo general, no causa mayores daños en el bebé menor de 2 meses de vida ni deja secuelas que puedan interferir en su desdarrollo. En algunas ocasiones, la regurgitación es muy servera y puede interferir en el crecimiento del bebé.
La regurgitación suele desaparecer al cabo de unos meses, cuando empieza la diversificación alimentaria o cuando el bebé da sus primeros pasos y adopta una postura más erguida.
Consejos indispensables
Mantenga a su bebé en una posición vertical durante y después de darle de lactar o de tomar su biberón. No lo siente para evitar que su abdomen se comprima.
Cargue a su bebé en brazos durante algunos momentos y trate de mantenerlo en posición inclinada la mayor parte del tiempo.
Utilice un biberon de forma curva con tetina de poco caudal.
Interrumpa las comidas del bebé para darle pequeños golpecitos en la espalda y provocar el eructo.
¡Evite el jugo de frutas!
Incline el colchón del bebé 30º (un sistema de colchón terapéutico es prescrito en casos más graves de reflujo gastroesofágico).
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