Cuando el bebé está echado de espaldas, tiende a colocar su cabecita recta y un brazo y una pierna plegada. Comienza a levantar la cabeza.
Cuando está echado de espaldas inclina la cabeza de un lado o el otro. Cuando está sentado no mantiene la cabeza recta.
Se mueve en posición erguida: este es un reflejo que desaparece rápidamente.
El bebé está atento a los ruidos. Responde a la voz de su madre. Si escucha algún ruido, puede que sonría.
El bebé se agarra de los dedos de su madre o padre y no los suelta. Tiene mirada fija. Tiende a extender los brazos hacia adelante si escucha algún ruido: a esto se denomina el reflejo de Moro.