Ciertas determinaciones que se analizan en el laboratorio nos saber si nuestros riñones funcionan correctamente o no.
La principal función de los riñones es depurar la sangre mediante la formación de orina. Las unidades funcionales del riñón son las nefronas. Las nefronas son unos sistemas complejos formados por vasos sanguíneos, capilares glomerulares y túbulos, donde se desarrollan los tres procesos básicos para la formación de la orina.
Del equilibrio de estos procesos dependerá la correcta formación de orina. Ésta debe tener una composición, una densidad, un pH y un volumen adecuado.
Para conocer el estado de la función del riñón, se realizan un conjunto de pruebas bioquímicas. En el laboratorio, la función renal se estudia mediante determinaciones realizadas en muestras de sangre y de orina recogida durante 24 horas, junto con la observación al microscopio del sedimento urinario.
Estas pruebas se realizan de manera rutinaria para el diagnóstico y seguimiento de numerosas enfermedades y ayudan al médico a enfocar bien el diagnóstico y el tratamiento de una enfermedad.
Este es uno de los análisis más inespecíficos y sensibles para detectar cualquier tipo de alteración renal. La primera parte de la prueba consiste en detectar, mediante tiras reactivas, sustancias que en situación normal no estarían presentes en la orina. También nos informan sobre la densidad y el pH de la orina.
Posteriormente, se observa al microscopio una muestra de orina concentrada 10 veces para informar sobre la presencia de materiales insolubles o elementos formes que se han acumulado en la orina durante la filtración glomerular y el tránsito del líquido por los túbulos renales y del tracto urinario inferior.