El temblor esencial es la causa más frecuente de los temblores. Esta enfermedad neurológica provoca temblores que los pacientes no pueden controlar. Estos temblores aparecen al hacer ciertos movimientos voluntarios o por mantener una postura.
El diagnóstico del temblor esencial es particularmente difícil debido a una falta de información de los pacientes y los profesionales sobre esta enfermedad muy poco conocida.
A veces, los pacientes afectados por esta patología durante años no saben que sufren de esta patología. Los diagnósticos de alcoholismo, de drogas, de enfermedades neurológicas por ejemplo como la enfermedad de Parkinson, sin embargo menos frecuente, son a menudo evocados sin razón.
No existe una prueba específica para diagnosticar el temblor esencial. El médico puede evocar este diagnóstico preguntando a su paciente efectuar ciertas acciones como escribir, servirse para beber o dibujar con el fin de visualizar los temblores de acción. Otras situaciones pueden poner en evidencia los temblores posturales.
Es importante ante todo comprender que las únicas manifestaciones presentes del temblor esencial son los temblores. Es siempre indispensable descartar otras patologías que podrían provocar temblores como la enfermedad de Parkinson, la ansiedad, el alcoholismo, las enfermedades de la tiroides, el exceso de cafeína, la enfermedad de Wilson, ciertas distonías y los efectos adversos de ciertos medicamentos como los neurolépticos, antidepresivos o litio.
No existe realmente un tratamiento específico capaz de suprimir completamente un temblor esencial. Estos medicamentos pueden disminuir la intensidad de los temblores. Pero una técnica de estimulación eléctrica de ciertas regiones del cerebro es propuesta en la actualidad a los pacientes que sufren de formas muy invalidantes de temblor esencial.
Los medicamentos aconsejados para permitir disminuir la intensidad del temblor esencial son betabloqueantes como el propanolol, medicamentos que regularizan los latidos y disminuyen el nerviosismo, los antiepilépticos que disminuyen la sensibilidad del cerebro a las estimulaciones o los ansiolíticos.
Inyecciones de toxina botulínica son a veces efectuadas en ciertos músculos con el fin de bloquear la contracción de las fibras musculares responsables de temblores.
La estimulación cerebral profunda es una técnica quirúrgica reservada a los pacientes que presentan una forma muy severa de temblor esencial, no controlada por medicamentos y que provocan una discapacidad importante con una pérdida de autonomía. Esta técnica permite disminuir la intensidad de los temblores del 70 al 80 %. Consiste en implantar en zonas precisas del cerebro dos electrodos unidos por cables pasados bajo la piel a dos estimuladores eléctricos situados al nivel de las clavículas que envían impulsos eléctricos a ciertas zonas del cerebro gracias a los electrodos.
Numerosos métodos que permiten combatir el estrés pueden ayudar a las personas afectadas por temblor esencial. Por ejemplo, sesiones de yoga, relajación, sofrología o meditación pueden aportar una ayuda considerable.
© JPC-PROD - Fotolia.com