Un prurito sine materia se caracteriza por la aparición de picores (asociadas o no a lesiones de rascado) sin causa conocida a nivel dermatólogico. El prurito sine materia debe ser estudiado por exámenes complementarios (sanguíneos pero también ecografías y radiografías) para buscar una causa sistémica. Puede tratarse de una enfermedad tumoral (Hodgkin, Vasquez), una colestasis, un problema tiroideo, un SIDA, una insuficiencia renal, un embarazo, un déficit en vitaminas, en hierro o una parasitosis.