El metabolismo de los lípidos designa el conjunto de los procesos químicos que permiten al organismo degradar las grasas y asimilarlas. Las grasas que provienen de la alimentación son captadas por los enzimas digestivos que las transforman en ácidos grasos. El hígado es un órgano esencial en el metabolismo de los lípidos. Es él el que va a intervenir para que los ácidos grasos intervengan en la producción de hormonas, para que sean utilizados para ciertos mecanismos celulares o, incluso, el que va a ordenar su almacenamiento en las células grasas (adipocitos).