Los ácaros son arácnidos, generalmente, de menos de un milímetro de longitud que viven en el interior de cada casa, incluso en la más limpia.
En primer lugar, no olvides ventilar las habitaciones todos los días, entre 30 y 60 minutos diarios, tanto en invierno como en verano.
Cambia las sábanas cada semana y lávalas a la temperatura más alta posible, aproximadamente a 60 ºC. También, lava al menos una vez al mes los cojines, edredones y frazadas a la temperatura más alta posible. Después, coloca la ropa de cama en un armario cerrado.
Para prevenir la aparición de ácaros en el dormitorio, manten la temperatura de la habitación entre 18 ºC y 19 ºC como máximo y la humedad entre el 50 % y el 60 % y no utilices radiadores eléctricos que expulsan aire.
Es importante evitar el uso de literas porque la persona que duerme en la litera inferior inhala muchos ácaros procedentes de la litera superior.
Para aquellas personas que sean alérgicas, se recomienda utilizar somieres de láminas en las camas.
Por último, escoge almohadas y edredones de material sintético y evita las plumas ya que en ellas se alojan los ácaros.
Conviene limpiar la casa una o dos veces por semana con un trapo húmedo.
Evita el uso de sprays limpiadores y detergentes que puedan agravar los síntomas alérgicos. De hecho, se aconseja limpiar los azulejos, el parquet y los muebles con un trapo húmedo o una fregona.
No utilices el plumero porque lograrás que los ácaros se dispersen por la habitación.
Además, cepilla y sacude las alfombras fuera de las habitaciones y ventila cada habitación después de haber pasado la aspiradora.
Se aconseja pasar la aspiradora dos o tres veces por semana durante 30 o 40 minutos para eliminar un 20 % de los alérgenos de los ácaros. Los alérgenos son sustancias que provocan reacciones alérgicas en el organismo.
Puesto que los ácaros colonizan las moquetas, tapicería y cortinas, se aconseja reducir en lo posible estos elementos en la casa pero si no es posible, no olvides pasar la aspiradora por la moqueta y especialmente debajo de la cama.
Al aspirar evita esparcir las partículas alergénicas por la habitación. Para ello, comprueba también que tu aspiradora está equipada con un filtro HEPA, un filtro de aire muy eficaz contra las partículas alergénicas, porque evita que los ácaros se esparzan en la habitación.
Asimismo, podría ser útil colocar una doble bolsa en la aspiradora.
Actualmente, en el mercado existen muchas aspiradoras que cumplen estos requisitos.
En primer lugar, utiliza una funda antiácaros que sea hermética y cubra completamente el colchón.
Respecto a los productos antiácaros, se prudente y no inviertas mucho dinero en ellos. Las alergias y los ácaros se han vuelto un mercado rentable para los empresarios.
Tampoco confíes en los eslóganes antiácaros porque no ofrecen siempre una garantía del 100 % de efectividad.