Los ácaros son responsables del 50% de los síntomas alérgicos. Los detritos de los ácaros muertos y sus deposiciones son los que provocan la alergia. En una habitación con un 85% de humedad los ácaros comen 5 veces más y producen 5 veces más residuos alergizantes.
Su inhalación es responsable de enfermedades respiratorias como la rinitis o el asma. Los ácaros también pueden provocar conjuntivitis alérgica.
Su contacto con la piel provoca eczema llamada también dermatitis atópica.
Los síntomas provocados por los ácaros son más frecuentes en otoño y se prolongan todo el invierno ya que durante estos periodos las casas están menos ventiladas y más calientes.