La alergia a los gatos es frecuente en los adultos. A continuación se explica qué causa la alergia, cuáles son los síntomas y cómo prevenirla.
El pelo corto o largo de los gatos y otros animales no es el responsable de la alergia, sino la orina, saliva y secreciones de las glándulas sebáceas del animal.
Al lamerse, los felinos depositan sus alérgenos sobre sus pelos provocando reacciones alérgicas en las personas que los tocan o se les acercan. Los alérgenos del gato se esparcen por las alfombras, moquetas, tapicerías y ropas que pisan de modo que al cabo de meses e incluso años después de que el animal haya abandonado el hogar, es posible encontrar alérgenos de animales.
Los alérgenos del gato son la principal causa de la alergia respiratoria.
Las personas que tienen alergia a los felinos experimentan asma o rinitis. También se han observado conjuntivitis, eczema o urticaria. El grado de alergía al gato predispondrá la aparición de asma.
Separarse del gato es un medio de prevención que debe discutirse siempre entre los miembros de la familia debido al impacto psicológico que puede provocar en los niños, particularmente.
La alergia a los gatos y otros animales no depende de la raza del animal, ni de su color, tamaño o longitud del pelo.
Una persona alérgica a los gatos u otros animales podrá desarrollar síntomas alérgicos sin tener ningún contacto con el animal. Acercarse a una persona que tenga pelos de gato en su ropa será suficiente para desencadenar la alergia.
Los síntomas de alergia a los gatos pueden permanecer varios meses e incluso años después del primer contacto con el gato.
Las personas que padecen de forma repentina síntomas alérgicos después de llevar varios años conviviendo con sus gatos, difícilmente aceptan que su mascota sea la responsable de la alergia.
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