Durante el embarazo, tanto la mujer embarazada como el varón pueden sentir rechazo hacia su pareja.
La mujer embarazada puede sentir rechazo hacia su pareja y se debe, fundamentalmente, a los cambios hormonales que sufre la mujer durante el embarazo. En algunos casos, estas alteraciones hormonales provocan la aparición de sensaciones y sentimientos nuevos y extraños para la mujer. Algunas mujeres se sienten inseguras a causa de los cambios que experimenta el cuerpo con el embarazo. También pueden experimentar problemas de comunicación y de comprensión. Estas pueden ser algunas de las razones por las cuales la mujer gestante rechaza a su pareja.
En cualquier caso, para evitar el rechazo, se aconseja mantener una buena comunicación dentro de la pareja y hablar de todos los problemas que se vayan presentando.
En casos más graves, la pareja debe recurrir a la ayuda de un profesional para evitar la separación de la pareja.
También es importante que el futuro padre se implique en la llegada del bebé y asista tanto a los cursos preparatorios al parto como a las consultas con el ginecólogo y al parto.
El rechazo del hombre hacia la mujer embarazada suele estar relacionado con los cambios físicos que experimenta la mujer durante el embarazo. El hombre siente menos excitación y atracción física por ella.
El rechazo también puede ser de origen psicológico. En efecto, algunos hombres se sienten agobiados por los cambios que provocará la llegada del bebé en su vida y en su relación de pareja. A otros hombres les asusta el compromiso y las nuevas responsabilidades que conlleva la llegada del bebé. Saben que su pareja les necesita y les atemoriza no ser buenos padres y esposos.
Por último, los problemas de índole económica pueden agravar la situación.
Los hombres experimentan tanto un aumento de la hormona estrógeno como una disminución de la hormona testosterona durante la etapa del embarazo. Asimismo, en ese momento, el rol del hombre cambia y se convierte en un apoyo imprescindible para la madre embarazada. El varón debe cuidar a la mujer para que la futura madre pueda cuidar del bebé que lleva dentro.
Algunas mujeres creen que su pareja se siente desplazado o celoso por el vínculo que se establece entre ella y su futuro bebé. Así, cuando la mujer se vuelca en el desarrollo del embarazo y desatiende a su pareja, el futuro padre se vuelve más huraño e irritable y reclama más atención de la parte de su pareja.
Del mismo modo, el embarazo puede hacer resurgir sentimientos pasados que tienen que ver con su infancia y sus carencias en esa etapa.
Algunas mujeres embarazadas sufren cambios de humor repentinos y pasan de la euforia a la tristeza. Estos cambios pueden ser tan pronunciados que sus parejas tienen dificultades para reconocer la nueva personalidad de sus compañeras embarazadas.
Hay que tener en cuenta que se trata de una situación temporal fruto de cambios hormonales. En efecto, los niveles de las hormonas sexuales femeninas (progesterona y estrógenos) pueden llegar a duplicarse disminuyendo la capacidad racional de la mujer y reforzando su lado emocional.
No obstante, conviene tener paciencia ya que todo volverá a la normalidad después del parto.
Estos cambios son más evidentes durante los tres primeros meses de embarazo. El segundo trimestre suele ser más tranquilo y durante los últimos tres meses pueden reaparecer dificultades vinculadas al aumento del volumen de la barriga de la madre.
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