Ciertos antibióticos pueden perjudicar la salud de la madre y provocar malformaciones en el feto pero otros fármacos son completamente inofensivo. En cualquier caso, se recomomienda consultar a un médico antes de tomarlos.
Pueden pasar varios días o semanas desde que una mujer se queda embarazada hasta que se confirma esta gestación. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las primeras diez semanas de embarazo son determinantes porque durante este período se desarrollan los diferentes órganos del feto. Por eso, es necesario comunicar al ginecólogo si se ha estado tomando algún medicamento mientras no se conocía el estado de gestación.
Si la futura mamá ha tomado algún medicamento que pueda comportar un riesgo para el feto, el ginecólogo realiza un ultrasonido de alta resolución para comprobar que el bebé está sano.
Si la embarazada ha tomado algún fármaco durante las dos primeras semanas de gestación, el efecto secundario más frecuente es el aborto espontáneo.
En definitiva, en cuanto a la toma de otros fármacos, cualquier mujer que deja de tomar anticonceptivos porque quiere quedarse embarazada, debe actuar como si ya estuviera embarazada.
Es posible quedarse embarazada mientras se toman antibióticos. De hecho, la toma de ciertos antibióticos puede disminuir la eficacia de los anticonceptivos hormonales y provocar un embarazo.
Los antibióticos se dividen en tres categorías dependiendo de su interacción con los anticonceptivos hormonales. Los antibióticos de la categoría A provocan una bajada en los estrógenos en sangre, los de la categoría B son capaces de disminuir la eficacia de los contraceptivos y los antibióticos de la categoría C raramente disminuyen el efecto protector de los anticonceptivos.
En efecto, ciertos antibióticos pueden interactuar con los métodos anticonceptivos hormonales y reducir su eficacia, provocando un embarazo no deseado. Por esta razón, se recomienda emplear un método anticonceptivo suplementario como el preservativo cuando la mujer está tomando antibióticos.
Una mujer que experimenta un sangrado intermenstrual mientras está tomando contraceptivos y antibióticos puede indicar, en muchos casos, que la eficacia del anticonceptivo es menor. El antibiótico que más reduce la eficacia de los anticonceptivos es la rifampicina.
Ciertos antibióticos pueden disminuir el número de espermatozoides y también su movimiento.
Cualquier mujer que desee quedarse embarazada debe dejar de consumir medicamentos que puedan ser perjudiciales para el feto desde antes de la concepción, siempre que sea posible y con el consejo de su médico.
La tetraciclina, por ejemplo, está formalmente contraindicado durante la gestación y el período de lactancia.
Los médicos saben que algunos antibióticos pueden provocar malformaciones y perjudicar el desarrollo del bebé mientras que otros son completamente inofensivos. En otros casos, los médicos desconocen los efectos de los medicamentos en el feto.
También hay que tener en cuenta el tipo de infección que tratan los antibióticos y los efectos secundarios que pueda tener la misma infección sobre el feto.
Por otra parte, si la embarazada está muy enferma y solo puede sanar con antibióticos, tal vez necesite tomarlo a pesar del posible riesgo que pueda ocasionarle a tu bebé. Dicho de otro modo, en algunos casos, dejar de tratar la enfermedad podría ser más arriesgado para la salud del bebé que exponerlo a un antibiótico.
Otro punto que se debe tener en cuenta es el tiempo de gestación, es decir, si está en el primero, segundo o tercer trimestre de gestación.
La penicilina y sus derivados (amoxicilina y ampicilina), la nitrofurantoína, las cefalosporinas y la eritromicina son fármacos inofensivos para la madre o el feto, de modo que pueden tomarse durante el embarazo. Entre los antifúngicos también se considera seguro el metronidazol.
Los antibióticos pueden tener un cierto efecto sobre la cantidad y la motilidad de los espermatozoides pero no impiden ni dificultan la concepción.
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