La fisioterapia respiratoria es el tratamiento primordial de la bronquiolitis. Tiene por objetivo permitir evacuar las secreciones bronquiales que el bebé no puede expulsar.
La limpieza de las vías respiratorias superiores se realiza al inicio de la sesión. El fisioterapeuta desobstruye la nariz del niño, usando por ejemplo un suero fisiológico. El fisioterapeuta aprovecha para recordar a los padres como realizar un lavado nasal.
El fisioterapeuta realiza movimientos en la caja torácica y en el abdomen del bebé mientras éste exhala. Estos movimientos permiten hacer subir las secreciones por la tráquea hasta la boca para que el bebé pueda expectorarlas. Estos movimientos se efectúan varias veces, de 5 a 10 veces aproximadamente, con intervalos de reposo que permiten provocar la tos y favorecer la expectoración.
La gran mayoría de fisioterapeutas realizan sesiones de fisioterapias respiratorias.