Si se toma en su justa medida, la cafeína no implica ningún riesgo para la salud. Pero si necesitas más de tres tazas de café al día, puede que seas muy dependiente a esta bebida que en exceso puede tener efectos negativos en el cuerpo.
El Consejo de la Asociación Médica Estadounidense sobre Asuntos Científicos (American Medical Association Council on Scientific Affairs) informa que beber café de forma moderada no representa ningún peligro para la salud, siempre y cuando se tenga un estilo de vida saludable.
Cuatro tazas de 8 onzas (en total, 1 litro) de café cada día es una cantidad moderada. A partir de 10 tazas de 8 onzas (en total, 2,4 litros) de café cada día se considera una cantidad excesiva.
En caso de dependencia la persona necesita cada vez una mayor ingesta para conseguir el efecto deseado y mantenerse activo. Si reduce la dosis de café puede aparecer irritabilidad, dolor de cabeza y disminución en la capacidad de concentración.
Estimula el sistema nervioso central y es una sustancia diurética, es decir, ayuda a eliminar los líquidos. Ya que se absorbe rápido, la cafeína llega al cerebro en poco tiempo y no se acumula en la sangre ni en el cuerpo, sino que sale a través de la orina.
No posee ningún aporte nutricional. Tampoco ayuda a disminuir los efectos del alcohol, contrario a la creencia popular. Aunque sí puede utilizarse como un remedio rápido para el cansancio y la somnolencia.
La cafeína se encuentra en algunas plantas, como nueces de cola, café, hojas de té y granos de cacao. También puede producirse de forma artificial.
La cafeína no se encuentra solo en el café. También está en: las bebidas energéticas (que contienen cafeína muy concentrada), los refrescos de cola y los productos derivados del cacao, como el chocolate. Así como en goma de mascar, té y algunos medicamentos, que se obtienen sin receta médica, como los analgésicos y pastillas para el resfriado.
Los problemas aparecen cuando abusamos de la ingesta de cafeína. Por ejemplo, nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, inquietud, agitación, excitación, insomnio, dolor de cabeza, taquicardias, arritmias y molestias en el estómago.
Consumir grandes cantidades de cafeína puede impedir la absorción del calcio, lo que llevaría a un adelgazamiento de los huesos. También puede provocar problemas para dormir, náuseas, vómitos y temblores.
El nivel de tolerancia a la cafeína no es el mismo en todas las personas. Está contraindicado que los niños, las personas que sufren insomnio, los diabéticos y los hipertensos tomen café. Por otra parte, las mujeres embarazadas deben limitar su ingesta.
Las personas que sufren de reflujo de ácido, hipertensión arterial que disminuye con fármacos o de ritmo cardíaco irregular o rápido no deben consumir cafeína. Así como las mujeres que padecen de dolor de mamas o protuberancias.
El café puede perjudicar la alimentación de los niños, ya que reduce su apetito. No debe sustituir otras bebidas necesarias para su crecimiento, como la leche.
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