La esterilización quirúrgica femenina (EQF), conocida popularmente como ligadura de trompas, es la mejor opción para aquellas parejas que han completado el número de hijos deseado. Y no solo esto, sino que también es el método anticonceptivo más utilizado en el mundo.
La esterilización quirúrgica femenina era un método irreversible pero actualmente se han desarrollado técnicas para recanalizar las trompas. Ahora bien, no siempre se puede obtener un embarazo después de la recanalización.
Si la mujer desea tener hijos después de una esterilización quirúrgica femenina (EQF), tiene dos alternativas: una fertilización in-vitro o la recanalización de trompas (esta última requiere de una intervención quirúrgica).
La técnica de la fecundación in-vitro o fertilización in vitro consiste en que el laboratorio reproduce de forma artificial el funcionamiento de las trompas de Falopio donde debe producirse la fertilización del óvulo y los primeros días de vida del embrión y a continuación se implanta el embrión obtenido en la mujer.
La segunda posibilidad consiste en la repermeabilización de trompas, también conocida como recanalización o reanastomosis. Se trata de una intervención quirúrgica mediante la cual se restituye la permeabilidad de las trompas.
En primer lugar, antes de tomar la decisión de practicar una recanalización, es conveniente que su pareja haga una prueba de su esperma. Si la calidad del esperma es buena, entonces la mujer puede considerar las dos opciones para lograr un embarazo. Pero si los espermatozoides son de poca calidad, la fecundación in vitro será la mejor opción.
En general las mujeres que desean recanalizarse las trompas suelen ser aquellas que ya tuvieron hijos pero que por el hecho de tener una nueva pareja deciden intentar un nuevo embarazo.
También se recomienda a aquellas que han perdido algún hijo y desean ser madres de nuevo.
Si en el momento de realizar la ligadura, el trauma sobre la trompa de Falopio fue muy severo y como consecuencia quedan menos de 6 cm de trompa después de la recanalización, las posibilidades de lograr un embarazo son escasas.
Sin embargo, si en el momento de la esterilización quirúrgica el médico no provocó un daño excesivo a la trompa, los resultados de esta técnica son excelentes, con una posibilidad de embarazo superior al 80 %.
A pesar de que las trompas hayan sido ligadas o cortadas, siempre es posible realizar una reanastomosis. En mujeres mayores de 40 años es preferible realizar una prueba de reserva ovárica antes de intentar la reanastomosis. Esta prueba tiene como objetivo conocer cuántos óvulos le quedan al ovario. Si la prueba es satisfactoria se puede intentar la reanastomosis. En mujeres de entre 40 y 44 años el porcentaje de éxito es del 40 %.
La longitud de las trompas de Falopio después de la ligadura (o cauterización, si los tubos se quemaron en lugar de atarse o recortarse) es muy importante ya que cuanto más largas sean las dos porciones restantes de cicatrices en cada lado de las trompas, mayor es el porcentaje de éxito de la cirugía de recanalización y, por tanto, de lograr el embarazo.
En cambio, cuanto más corta sea la parte interior, menores serán las posibilidades de embarazo. En efecto, si después de la reanastomosis quedan menos de 6 cm de trompa, el pronóstico es malo. Normalmente las trompas de Falopio miden 12 cm y en ellas tiene lugar el proceso de fertilización y maduración por el que todos los óvulos deben pasar para poder implantarse en el útero. Los óvulos pasan cuatro días en las trompas. Si la trompa tiene una longitud inferior a 6 cm este proceso de maduración no se lleva a cabo y cuando el embrión llega al útero está inmaduro para implantarse, por lo tanto no es posible lograr el embarazo.
Lamentablemente, no se puede saber antes de la operación de recanalización qué longitud tendrán las trompas después de la operación. Esta información solo puede optenerse durante la operación.
Una histerosalpingografia puede revelar la longitud del fragmento de trompa de Falopio que queda junto al útero (llamado muñón proximal) pero la prueba no puede indicar la longitud del fragmento de trompa que se ha separado del útero (llamado muñón distal).
En ciertos casos, la longitud de las trompas de Falopio después de la cirugía de repermeabilización es muy corta.
La técnica implica una nueva intervención quirúrgica con apertura de la cavidad abdominal llamada laparotomía, con el fin de acceder a las trompas y proceder a la reanastomosis mediante microcirugía.
La pareja puede iniciar las relaciones sexuales tres semanas después de la intervención y es posible lograr el embarazo en los primeros meses.
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