Es falso que el coito interrumpido sea un método anticonceptivo seguro. De entrada, no puede decirse que el coito interrumpido o "marcha atrás" sea un método anticonceptivo. Ha sido practicado durante siglos cuando no existía otra forma de controlar la natalidad y sigue siendo una práctica habitual en muchas parejas. Al ser un "método natural" puede ser utilizado por aquellas parejas cuyas creencias religiosas o culturales no les permite la utilización de otros métodos anticonceptivos.
El coito interrumpido consiste en retirar el pene de la vagina antes de que se produzca la eyaculación. Se le conoce también como coitus interruptus o "marcha atrás".
La marcha atrás no es nada segura porque antes de la eyaculación el hombre secreta un líquido transparente (o líquido preseminal). Generalmente el hombre no se da cuenta y no es consciente de que está expulsando este preeyaculado. Existe una idea falsa de que sólo una eyaculación profunda dentro de la vagina de la mujer puede producir un embarazo.
¿Hay suficientes espermatozoides en el líquido preseminal como para poder conseguir una fertilización? Esta es una cuestión controvertida. El hombre no siempre puede controlar su eyaculación a voluntad. Sí es posible que haya espermatozoides en el líquido preseminal si poco después de haber tenido una eyaculación el hombre eyacula de nuevo. Tras la primera eyaculación sigue habiendo espermatozoides vivos en la uretra. Así que, si se produce nuevamente líquido preseminal poco después de una eyaculación, este líquido preseminal se mezcla con los, todavía presentes, espermatozoides en la uretra. La fertilización depende de si hay suficientes espermatozoides, pero para estar más seguros, se aconseja que el hombre orine entre dos eyaculaciones, deshaciéndose así de los espermatozoides que pueda haber en la uretra.
Para un embarazo basta con la unión de un espermatozoide con un óvulo. El líquido preseminal proviene de unas pequeñas glándulas llamadas glándulas de Cooper (también denominada Glándula de bulbouretral o de Cowper) que se situan en la raíz del pene, donde comienza la uretra membranosa. La función de este líquido preeyaculatorio es limpiar la uretra (conducto que atraviesa el pene) de los restos de orina. Estas glándulas secretan un moco espeso que tiene como función principal la lubricación uretral durante la eyaculación. Este líquido viscoso constituye la primera fracción del semen. Durante la excitación masculina, se ponen en marcha diversas glándulas que recogen lo que después será el eyaculado o semen expulsado.
La marcha atrás, además, conlleva una serie de trastornos sexuales que generalmente son desconocidos por la población que utiliza este sistema de control de natalidad. En el hombre puede crear una gran frustración estar siempre pendiente de su eyaculación, intentándola controlar con suficiente antelación. En muchos casos pueden aparecer con el tiempo problemas de erección. También para la mujer puede ser frustrante: miedo a que su pareja no controle lo suficiente, miedo hasta que llega la tan esperada menstruación, y siempre insatisfecha, ya que es bastante poco habitual que en esas condiciones la mujer llegue al orgasmo.
Los métodos de contracepción nos dan seguridad y confianza. Nos aseguran la tranquilidad necesaria para gozar de nuestra sexualidad.
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