La gammagrafía ósea es un procedimiento radiológico que se utiliza para examinar los diferentes huesos del esqueleto a fin de identificar determinadas enfermedades.
También puede utilizarse para hacer un seguimiento en el tratamiento de algunas enfermedades.
Es una prueba de radiología nuclear
Durante el procedimiento se utiliza una pequeña cantidad de sustancia radiactiva para ayudar en el examen de los huesos.
La sustancia radiactiva, llamada radionúclido (radiofármaco o trazador radiactivo), se acumula dentro del tejido óseo en los lugares donde el metabolismo está alterado o donde existe un crecimiento del tejido óseo anormal.
El radionúclido que se utiliza con mayor frecuencia es el difosfonato de tecnecio que se inyecta en una vena.
La sustancia viaja a través de la sangre hasta los huesos y los órganos.
Las llamadas "zonas calientes"
Las áreas en las que se concentra el radionúclido se denominan "zonas calientes".
Las zonas calientes son aquellas que muestran una captación aumentada del radionúclido.
Pueden indicar la presencia de afecciones como:
tumores óseos malignos (cancerosos).
metástasis de cáncer óseo (cáncer cuyo origen no se encuentra en el hueso).
infecciones óseas.
traumatismo de huesos que no se detectan en las radiografías habituales.
La principal indicación es la búsqueda de metástasis óseas
Las gammagrafías óseas se utilizan principalmente para detectar la diseminación del cáncer metastásico.
Las metástasis aparecen como una zona caliente en la gammagrafía ósea.
Esto se debe al aumento del metabolismo, o actividad celular, de las células cancerosas.
Las gammagrafías óseas también pueden realizarse en pacientes con cáncer para determinar el estadio del cáncer antes y después del tratamiento a fin de evaluar la eficacia del tratamiento utilizado.
Otras indicaciones
Detectar fracturas que no han podido observarse en las radiografías.
Determinar la antigüedad de las fracturas.
Detectar infecciones óseas u osteomielitis.
Controlar algunos trastornos óseos degenerativos.
Evaluar el dolor de huesos sin causa aparente.
Detectar afecciones como la artritis, los tumores óseos benignos, la enfermedad de Paget (trastorno óseo que generalmente afecta a personas mayores de 50 años en el cual se presenta una inflamación crónica de los huesos) y la necrosis aséptica (muerte del tejido óseo que no es provocada por una infección).
Preparación para la gammagrafía ósea
El paciente debe quitarse las joyas o cualquier otro objeto de metal.
Es posible que se le coloque una bata hospitalaria.
Es importante remarcar que no existe un embarazo.
El paciente no debe tomar ningún medicamento que contenga bismuto, como Pepto-Bismol, durante cuatro días antes del examen.
En general, no se requiere preparación previa, como el ayuno o la sedación, antes de una gammagrafía ósea.
Debe Informar al radiólogo si tiene alergia o sensibilidad a medicamentos, colorantes de contraste o yodo.
Es una prueba indolora.
Después de la prueba
Se le indicará que beba abundante líquido y que vacíe la vejiga con frecuencia durante 24 a 48 horas después del procedimiento para ayudar a eliminar el radionúclido restante del cuerpo.
Si siente dolor u observa enrojecimiento y/o hinchazón en el lugar de la vía intravenosa al volver a su casa debe informar al médico, ya que esto podría ser un indicio de infección u otro tipo de reacción.
No se debe someter a ningún otro procedimiento con radionúclido durante las siguientes 24 a 48 horas después de la gammagrafía ósea.
Puede reanudar su dieta y sus actividades normales inmediatamente después de la prueba.
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