Un estudio puso en evidencia la posibilidad que los hijos de una mujer que fumó en el transcurso de su embarazo puedan verse afectados.
El tabaquismo pasivo es la inhalación involuntaria del humo exhalado por uno o varios fumadores alrededor de una persona que no fuma.
El tabaquismo pasivo es la fuente más frecuente de la contaminación doméstica y la más peligrosa. La exposición por largos períodos en lugares donde pasamos más del 80 % de nuestro tiempo y esto a lo largo de la vida, expone más a los efectos nefastos que la contaminación atmosférica.
Las repercusiones del tabaquismo pasivo sobre la salud dependen de la duración y de la intensidad de exposición al humo.
La desaparición del humo que ha sido producido por la combustión del tabaco no significa que no existe un riesgo para la salud.
Los residuos del humo de cigarrillo contienen partículas diminutas que permanecen en el ambiente y causan contaminación. Estas permanecen por mucho tiempo en suspensión en el aire luego forman una capa de polvo sobre todas las superficies (tapizado, carrocería, lunas, asientos, etc.).
A la menor vibración, estos depósitos de partículas vuelven al aire creando un tabaquismo ultrapasivo.
Las consecuencias de este tabaquismo en la futura madre sobre el feto son múltiples. La nicotina pasa por medio de la placenta y es absorbida por el feto, es lo que se llama el "tabaquismo pasivo in útero" y puede provocar una hipotrofia, una disminución de peso del bebé (durante el nacimiento aproximadamente 200 gramos menos) y una disminución del tamaño del perímetro craneano.
El tabaquismo ultra pasivo se produce por la inhalación del humo acumulado sobre numerosas superficies durante largos períodos en una habitación.
Un estudio publicado en octubre de 2012 por investigadores de la Universidad UCLA en California puso en evidencia una disminución funcional respiratoria en niños nacidos de la segunda generación de mujeres fumadoras.
Estos investigadores estudiaron las modalidades de la impregnación nicotínica durante el embarazo de ratas y en sus descendientes.
El efecto de la nicotina sobre el ADN de los órganos sexuales de las ratas machos y de las hembras permite comprender que el asma provocada por la nicotina podría transmitirse de una generación a la otra.