La mano, además de ser una estructura compleja formada por diecinueve huesos, diecisiete articulaciones y diecinueve músculos, es una estructura móvil creada para adaptarse a la forma de los objetos que quiere agarrar o tocar. También utilizamos nuestra mano para expresar y comunicar ideas.
Por tanto, la mano es una parte esencial de nuestro cuerpo que a veces duele. Las molestias frecuentes son los dedos en gatillo, los gangliones y la artrosis.
El dedo pulgar en gatillo se produce por la inflamación y tumefacción del tendón del flexor largo del pulgar.
Cuando la irritación provocada por la inflamación del tendón se cronifica, aparece un nódulo en el tendón flexor del dedo de la mano que se ve atrapado por la polea que le contiene.
El dolor se localiza a menudo en la palma de la mano, concretamente, en el inicio del primer dedo. Se trata de un dolor constante que aumenta al hacer movimientos de pinza con el pulgar. Por eso, el paciente se queja de dolor cuando sujeta un bolígrafo durante cierto tiempo.
Si se explora el dedo puede observarse una limitación de su extensión y, en ocasiones, se aprecia el fenómeno del gatillo.
El dedo pulgar en gatillo puede tratarse mediante el uso de antiinflamatorios, fisioterapia y la aplicación de frío o calor local. Si no mejora puede ser beneficioso el uso de infiltraciones con anestésicos locales y corticoides. Si el dedo no se cura siguiendo un tratamiento deberá valorarse la opción de practicar una cirugía.
El dedo en gatillo lo provoca, al igual que en el pulgar, una inflamación de los tendones flexores superficiales debido al roce continuo con las cabezas de los huesos metatarsianos de la mano.
La aparición de un nódulo en el dedo suele ser la causa del efecto gatillo del dedo.
El dedo en gatillo suele darse principalmente en pacientes que realizan movimientos repetidos de cierre de manos, como los conductores o los jinetes. El dolor aparece en la palma de la mano, concretamente en la raíz de los dedos o en las articulaciones del dedo. Los pacientes experimentan cierta rigidez en los dedos al flexionarlos y extenderlos, además de trastornos del sueño. Cuando se despiertan por la mañana el dedo suele estar encasquillado.
Si se explora el dedo puede observarse una limitación de la movilidad y, en ocasiones, apreciarse el fenómeno del gatillo.
El tratamiento inicial consiste en el uso de antiinflamatorios y fisioterapia, además de la aplicación de frío o calor local. También puede colocarse una férula nocturna para proteger el dedo. Si el dedo no mejora con este tratamiento, se deberá recurrir a las infiltraciones con anestésicos locales y corticoides. Pero si esto también resulta ineficaz, habra que operar el dedo.
Son quistes que aparecen en las vainas de los tendones de la mano. El ganglión aparece con más frecuencia en el dorso de la mano y provoca un dolor constante pero no muy intenso. De hecho, el motivo de la consulta médica es la tumoración que se nota en el dorso de la mano, no el dolor.
A la palpación se nota una tumefacción lisa que se transparenta con la luz. El quiste contiene un líquido producido por la irritación de los tendones.
Mientras que los movimientos de la mano empeoran el dolor, el reposo y la aplicación de calor lo alivian.
El dolor se trata con antiinflamatorios, aunque también puede ser beneficiosa la fisioterapia. Asimismo, el paciente debe evitar realizar movimientos bruscos. Si el quiste ganglionar no desaparece con los antiinflamatorios, el siguiente paso consiste en aspirar el líquido del ganglión, introducir anestésicos y corticoides y, para finalizar, colocar un vendaje compresivo. Pero si el ganglión vuelve a aparecer a pesar de haberlo tratado, deberá extirparse con cirugía.
Se produce por una fibrosis progresiva de la palma de la mano, empezando por el cuarto y quinto dedo. Empieza con la formación de pequeños nódulos alrededor de los tendones flexores que se van uniendo en bandas alrededor de los mismos y que provocan el cierre progresivo de la mano.
Esta molestia es más frecuente entre los varones de 40 años que padecen diabetes, alcoholismo o consumo de barbitúricos.
El dolor de la mano aparece en las primeras fases de la enfermedad y va desapareciendo conforme progresa. El diagnóstico es clínico.
El tratamiento inicial consiste en la toma de analgésicos y fisioterapia. Pero si no es suficiente, se puede recurrir a las inflitraciones o al uso de férulas nocturnas. Si el tratamiento no resulta eficaz, el paciente deberá ser operado.
La artrosis en la mano aparece frecuentemente en mujeres mayores de 50 años. Puede afectar a múltiples articulaciones de la mano, en especial a la articulación del primer dedo y a las pequeñas articulaciones del resto de los dedos.
El envejecimiento favorece la artrosis. así como las enfermedades que afectan al cartílago articular. No obstante, también existe cierta predisposición genética a padecer artrosis.
La artrosis que afecta a la articulación del primer dedo suele producir dolor en la base del dedo gordo. Este dolor aumenta al realizar ciertos movimientos como los de la pinza manual (cierre del primer y segundo dedo).
Cuando la artrosis afecta al resto de los dedos, el dolor se localiza en las pequeñas articulaciones y puede variar en función de las condiciones meteorológicas. Además, el dolor aparece acompañado de cierto grado de rigidez que impide extender y flexionar los dedos. Es frecuente apreciar estas articulaciones abultadas con nódulos.
El dolor de esta afección se trata con medicamentos y las sesiones de rehabilitación mejoran la movilidad de los dedos. En cambio, la cirugía se reserva para el deterioro importante de la articulación del primer dedo.
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