Cuando se habla de retención urinaria distinguimos dos patologías muy diferentes según se trate de una retención puntual de la orina o de una retención crónica. La retención aguda de orina (RAO) se manifiesta por la incapacidad de un individuo para orinar aunque la vejiga esté llena. La retención aguda de orina es diferente de la anuria, que es la ausencia de llegada de orina a la vejiga, a menudo de origen renal. La orina retenida pone en tensión las vías urinarias y son responsables de dolores. La RAO puede ser causada por un origen mecánico, como un obstáculo en el tracto urinario, tener su origen en el uso de ciertos medicamentos o ser causada por un trastorno neurológico. Además, está la retención crónica de orina (RCU) que se presenta como un vaciado incompleto de la vejiga y que cursa con un resto de orina llamado volumen residual después de la evacuación.
Los síntomas de la retención aguda de orina son:
El diagnóstico de la retención urinaria aguda se efectúa mediante un examen físico, durante el cual el médico detecta una masa situada por encima del pubis. Un tacto rectal completa el examen. Una vez que el diagnóstico se realiza clínicamente se debe buscar el origen de la RAU. La prioridad sigue siendo aliviar el paciente. En caso de duda, se puede practicar un ultrasonido de vejiga que confirma el diagnóstico. Los estudios se completarán después de la micción a través de un análisis de orina, cultivo de orina, un análisis de sangre con análisis de la función renal mediante la determinación de la creatinina y el cálculo de la tasa de filtración glomerular. En los hombres, también se debe determinar la tasa de antígeno específico de próstata.
La retención aguda de orina se debe tratar de forma urgente por la evacuación de la orina de la vejiga. Se utilizan dos técnicas. Por lo general, en las mujeres la inserción de una sonda en la uretra permite la evacuación. Un método, no obstante, imposible de llevar a cabo en algunos casos, particularmente en los casos de enfermedad de la uretra o en los hombres en los que se sospecha una prostatitis. La segunda técnica que se utiliza preferentemente en los hombres es la cateterización suprapúbica donde se inserta una aguja a través del abdomen hasta la vejiga. Esta técnica también tiene sus contra-indicaciones tales como la toma de medicamentos anticoagulantes o la aparición de hematuria (presencia de sangre en la orina) .