Los pénfigos son enfermedades raras de origen auto-inmune, es decir, debido a la acción de los anticuerpos de un organismo contra sus propias células. Estas enfermedades afectan a la piel y a las membranas mucosas. El pénfigo vulgar forma parte de las llamadas dermatitis bullosas autoinmunes, cuya forma mas frecuente es la penfigoide bullosa con formación de ampollas de diferentes tamaños en la piel.
Generalmente las primeras lesiones aparecen en forma de ampollas a nivel de las mucosas y, en particular, en la boca. Estas ampollas también pueden afectar al paladar y a las encías; estas lesiones estallarán dando lugar a erosiones dolorosas que dificultan la alimentación. También pueden atacar a la mucosa genital, rectal y esofágica. Después aparecen las lesiones cutáneas como ampollas que parecen contener líquido, que evolucionan dando lugar a erosiones cutáneas que dan la impresión de piel despellejada.
En caso de duda el diagnóstico se puede realizar a través del exámen de una ampolla obteniendo una muestra. Las diferentes técnicas utilizadas sirven para poner en evidencia unos depósitos características o anticuerpos responsables de la enfermedad.
Esta enfermedad autoinmune, no puede curarse por sí misma y por lo tanto debe ser tratada. El pénfigo se trata generalmente durante varios años, a base de corticoides en comprimidos que a veces se asocian con una terapia inmunosupresora para disminuir la acción de auto-anticuerpos. Las dosis de corticosteroides se reducen progresivamente. Si la curación a veces es larga y poco evidente esta enfermedad, en otro tiempo mortal, ahora se cura gracias a los corticoides.