Existe un amplio abanico de tratamientos contra la cervical, por ejemplo, se pueden realizar ciertos ejercicios físicos y también es posible mejorar los síntomas con medicamentos, fisioterapia, baños termales o acupuntura.
En primer lugar, cuando se padece un cuadro de artrosis hay que evitar los movimientos bruscos de cabeza y las posturas mantenidas del cuello, de modo que pasar más de cuatro horas diarias delante del ordenador puede provocar dolores de espalda. Por este motivo, si es posible, no trabajes con los brazos en alto a más de 90º y evita, en general, las posturas que provoquen dolor.
Segundo, no cargues peso y si debes hacerlo, entonces mantenlo lo más cerca posible del cuerpo.
Aprende a gestionar el estrés.
Además, utilizar un buen colchón y una buena almohada mejora el dolor cervical hasta en un 63 %. Intenta no dormir boca abajo.
Asimismo, evita el aire acondicionado directo y las corrientes de aire.
Es muy recomendable hacer ejercicios aeróbicos, particularmente la cinta inclinada. Se ha probado científicamente que estos ejercicios evitan la aparición de artrosis o mejoran los síntomas. También se aconseja hacer estiramientos globales de la cadena posterior de la espalda.
La artrosis cervical se debe tratar con medicamentos solo cuando exista una patología, es decir cuando haya dolor (aproximadamente el 30 % de los casos).
Puesto que los analgésicos permiten atenuar el dolor, puedes tomar paracetamol, puesto que su eficacia se ha probado científicamente.
No obstante, también se pueden utilizar los relajantes musculares como el Myolastan y los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), pero solo en casos de artrosis cervical severa y durante un corto periodo de tiempo, entre dos y cuatro semanas. Para disminuir el consumo de AINES se pueden utilizar condroprotectores como el sulfato de glucosamina y condrotín sulfato.
Las infiltraciones de corticoides se aplican de forma directa en la articulación. Solo se recomienda su uso en caso de dolor intenso y después de realizar una radiografía.
Se debe evitar el uso de collarín ortopédico si no es imprescindible. Pero si su uso es inevitable deberá utilizarse el menor tiempo posible, por ejemplo, dos días y una semana.
La fisioterapia puede ser de gran ayuda en el tratamiento de la artrosis cervical durante la fase aguda y para la artrosis cervical en progresión.
Durante la fase aguda, en las primeras 48 horas, envuelve hielo en un plástico y aplícatelo durante diez minutos cada cuatro o seis horas, aplica también gel de árnica para descontracturar. A partir del segundo día sustituye el hielo por calor seco mediante el uso de una manta eléctrica.
Asimismo, los dolores mejorarán con un masaje descontracturante consistente en una movilización manual suave y tracción manual, con termoterapia (infrarrojos, microondas) y electroterápia antiálgica (ultrasonido, TENS).
También pueden ser eficaces contra el dolor de cervicales la realización de ejercicios respiratorios en los que hay que dirigir el aire hacia el pecho para hacer consciente la respiración. Estos ejercicios nos ayudarán a gestionar el estrés.
La fisioterapia pude utilizarse para el tratamiento de la artrosis cervical en progresión. Se ha probado científicamente que la terapia cognitiva conductual mejora nuestra higiene postural. Por ello, se aconseja la realización de ejercicios propioceptivos para sentir nuestra espalda, así como estiramientos globales de toda la cadena posterior de la espalda para disminuir tensiones musculares crónicas. El ejercicio aeróbico, particularmente andar en cinta inclinada también ayuda a calmar el dolor cervical.
La acupuntura y los baños termales pueden ser de gran ayuda en el tratamiento de la artrosis cervical.
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