La artrosis define la degeneración de las articulaciones por degradación del cartílago que se gasta progresivamente. Este fenómeno aumenta con la edad y con la intensidad con la que utilizamos las distintas articulaciones. Las articulaciones sometidas a fuertes tensiones y compresiones, como las rodillas o las caderas, son las más afectadas. La artrosis se debe diferenciar de la artritis, cuyo origen es inflamatorio. El deporte intensivo puede agravar el fenómeno de la artrosis. Sin embargo, si desea mantener el cartílago sano debe practicar una actividad física y deportiva. Lo ideal es practicar un deporte variado y suave, no traumatizar el cartílago. La artrosis cervical afecta a las articulaciones de las vértebras de la columna vertebral (o columna) cervical.
En el caso de artrosis cervical, encontraremos los signos clásicos de la patología de la artrosis:
El dolor puede ir acompañado de inflamación de los discos intervertebrales, de neuralgia cervicobraquial (dolor que se irradia desde el cuello hacia el brazo, y a veces, hasta la mano) o de hernia discal.
Por lo general, el diagnóstico de la artrosis cervical lo hace el médico o reumatólogo. Se realiza un examen clínico del cuello. La práctica de un deporte que inplique mucho esfuerzo a las cervicales, como la halterofilia, puede rápidamente orientar al terapeuta hacia la sospecha de artrosis cervical. Pero son los exámenes radiológicos los que permitirán determinar con certeza la presencia de artrosis. Encontramos signos de artrosis cervical en la radiografía y en la RMN (gracias a la cual también se puede descubrir una hernia discal).
No hay un tratamiento para curar la artrosis cervical. Si ésta es consecuencia de la práctica intensiva de un deporte será aconsejable limitarlo. Los tratamientos pretenderán aliviar los dolores y reducir la rigidez articular. Las medicinas empleadas son las analgésicos (paracetamol en particular) y los antiinflamatorios para aliviar los dolores Los fisioterapeutas pueden ayudar a las personas que sufren de artrosis cervical. Como último recurso, se puede recurrir a la cirugía.
En general, debemos intentar reducir la presión sobre el cartílago. Si practica deportes como el levantamiento de pesas se deben limitar los entrenamientos tanto como sea posible. Para la población en general es aconsejable evitar levantar objetos pesados de forma repetida.
Además, se recomienda el uso de una almohada adaptada para sostener la columna vertebral cervical. Del mismo modo, ajustar la posición de la pantalla de la computadora o la televisión es muy importante para no dañar el cartílago articular.