Aunque económicos y ecológicos, ciertas bombillas de bajo consumo contienen mercurio y pueden resultar peligrosas para la salud.
A continuación un panorama sobre los riesgos para la salud y los medios de evitarlos.
Existen varios tipos de bombillas de bajo consumo: fluorescentes compactas, LED o halógenos. Las bombillas fluorescentes compactas consumen cerca de cinco veces menos que las bombillas incandescentes tradicionales, con una luz de intensidad equivalente. Contienen particularmente mercurio en pequeña cantidad, lo que les permite producir la luz.
La utilización del mercurio es tolerada en los equipos eléctricos y electrónicos si las cantidades empleadas son limitadas, como en el caso de las bombillas fluorescentes compactas. El mercurio es un material peligroso para la salud y puede escaparse si la bombilla se rompe o si es botada con la basura doméstica. Una exposición al mercurio puede producir efectos tóxicos sobre los pulmones, los riñones, la piel, los ojos, así como sobre el sistema nervioso, digestivo e inmunitario.
Las bombillas fluorescentes compactas producen rayos ultravioletas invisibles que crean la luz chocando sobre la capa fluorescente. Generalmente, las bombillas fluorescentes compactas de bajo consumo son dotadas de una cubierta de vidrio que filtra estas radiaciones ultravioletas. Si los rayos atraviesan la bombilla, puede producir riesgos sobre la salud, en particular para las personas que tienen retinas muy sensibles. Estos riesgos son, sin embargo, mínimos.
Las bombillas fluorescentes compactas serían nocivas para la salud debido a emisión de ondas electromagnéticas superiores a los límites autorizados por la Comisión Europea (87V/m). Las ondas electromagnéticas pueden causar estrés, dificultad para dormir y aumentar los riesgos de cáncer. Además, una exposición a fuertes campos electromagnéticos puede generar interferencias con los aparatos de tipo marcapasos.
Aunque estos riesgos sean mínimos, es mejor prevenírselo comprando bombillas fluorescentes compactas que contienen las cantidades más bajas posibles de mercurio. En caso de que se rompa una de estas bombillas, es recomendado ventilar la habitación luego de salir de esta. Los pedazos de vidrio deben cuidadosamente ser recogidos y botados a la basura. Las bombillas fluorescentes compactas usadas deben ser recicladas depositándoles en un punto de recolección (en tienda o en una unidad de clasificación de residuos). En caso de exposición prolongada a una luz producida por una bombilla fluorescente compacta, es mejor mantenerse a una distancia de más de 30 centímetros. Es desaconsejado utilizar este tipo de bombilla sobre una lámpara de cabecera o de oficina.
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