Endulzada con miel, canela, azúcar o anís, la granola suele comerse en el desayuno con un poco de yogur natural, leche de vaca o de soja, chocolate o zumos. Últimamente se ha extendido su consumo en forma de barrita de cereales.
La granola es un alimento compuesto de cereales como los copos de avena, mezclados con frutos secos como las nueces o las semillas de girasol y frutas secas como las uvas pasas y los dátiles.
La granola comparte ingredientes con el muesli, pero es más dulce que este último.
La granola es un alimento muy nutritivo y rico en vitaminas C, B9, B6 y B2 (riboflavina). Su consumo contribuye a mantener bajo el colesterol, por lo que resulta muy beneficiosa para el sistema circulatorio y cardiovascular.
La avena, gracias a su alto contenido en fibra soluble y fibra insoluble, ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, además de prevenir y mejorar el estreñimiento. La avena, por su contenido en zinc, actúa como un vigorizante natural, por eso se aconseja su consumo a todos aquellos hombres con problemas de fertilidad. También reduce el ácido úrico y ayuda a depurar el organismo al ser un cereal con beneficios diuréticos.
Conviene recordar que la granola es un alimento rico en carbohidratos con alto valor calórico y grandes cantidades de azúcar. Esto significa que, aunque es un alimento saludable, no ayuda a perder peso por sí mismo.
Por tanto, la granola es muy apreciada por los deportistas debido a su aporte de energía inmediato gracias a su alto contenido de carbohidratos. Además, como es fuente de fibra, su consumo facilita el proceso digestivo.
Gracias a su alto contenido en vitaminas, la granola ayuda a combatir los trastornos nerviosos como el estrés, la ansiedad o el insomnio y también mejora la depresión y las migrañas.
Desayunar granola es una buena forma de mantener la salud del ojo, la piel, el oído y el aparato respiratorio gracias a la acción antioxidante de la vitamina C. Y no solo esto, la vitamina C alivia los síntomas del catarro común y combate el estreñimiento y el hipertiroidismo. Además, este nutriente reduce los sofocos y otros síntomas característicos de la menopausia.
Puesto que la granola también es una fuente natural de vitamina B6 (piridoxina), su consumo es muy beneficioso para las personas que padecen asma o diabetes. También ayuda a prevenir enfermedades cardiacas, alivia los síntomas del síndrome del túnel carpiano y es una aliada contra el cáncer.
La granola aporta al organismo vitamina B9 (ácido fólico), de modo que resulta muy útil para paliar la carencia de este nutriente originada por el consumo de ciertos medicamentos. Para las personas alcohólicas y los fumadores el suplemento de vitamina B9 es muy necesario porque estos hábitos provocan mala absorción de ácido fólico.
Tomar granola durante el embarazo y la lactancia, así como después de operaciones o durante periodos de convalecencia, puede resultar muy útil porque en estos periodos el organismo absorbe más vitamina B1.
Preparar una deliciosa granola en casa es sencillo y rápido. Necesitas copos de avena, uvas pasas frescas, ajonjolí, coco rallado, nueces, semillas de girasol, miel y amaranto (este ingrediente puede sustituirse por otro puesto que es difícil encontrarlo fuera de México).
Para empezar, pon a calentar la avena en una sartén durante diez minutos hasta que adquiera un color dorado. A continuación, pica la nuez con la mano o con un cuchillo. Después, echa la avena en un cuenco y agrega las nueces, las uvas pasas, el coco rallado, las semillas de girasol, el amaranto y el ajonjolí y remuévelo todo con una cuchara de madera. El ingrediente más importante es la miel puesto que servirá para unir los demás ingredientes y dar la consistencia a la granola. Añade la miel poco a poco mientras mueves la granola y vigila que no quede demasiado dulce. Espera a que se enfríe para degustarla.
El secreto de una buena granola reside en la perfecta combinación de los cinco ingredientes básicos de este alimento: cereales, nueces o semillas, fruta deshidratada, azúcar y grasas o aceites. Cada consumidor escoge la proporción de cada ingrediente en función de sus gustos, así como el uso o no de especias (canela, coco, etc.) y la cantidad de azúcares que se le va a dar al alimento, ya que la granola industrial contiene dosis elevadas de azúcar. Además, las personas con intolerancias alimentarias o necesidades particulares se aseguran de que este alimento no va a afectar a su dieta.
Las tiendas especializadas en comida biológica venden paquetes de granola elaborada de una forma más artesanal y con un mayor valor nutritivo. El contenido de fibra de una buena granola debe ser superior al de azúcar.
El cereal más utilizado para preparar granola es la avena pero algunas recetas privilegian el germen de trigo. Ambos cereales son ricos en carbohidratos, vitaminas A, E, B1, B2, B12, fósforo, fosfátidos, albúminas y prótidos.
No pueden faltar los frutos secos como nueces, almendras, maní o pistachos, así como las semillas de linaza, chía, ajonjolí, calabaza o girasol. Estos alimentos aportan proteínas vegetales, potasio, fósforo y vitaminas B2.
La fruta deshidratada aporta el toque de color a la granola y es una buena fuente de vitaminas C, B1, potasio y glúcidos. La más frecuentes son la piña, los arándanos, las fresas, el banano, el coco o los dátiles.
En general, la granola se endulza con un poco de azúcar sin refinar o miel de abejas o de agave. Estos dos ingredientes aportan glúcidos y hierro.
La granola también se puede hornear con aceite de oliva o mantequilla de maní al gusto.
Tanto la granola como los ingredientes necesarios para prepararla pueden adquirirse en cualquier tienda o supermercado.
La granola es un alimento versátil y fácil de comer ya sea en forma de barrita, con leche, en ensalada o como topping de helados y yogures.
Los expertos en nutrición recomiendan comer como máximo media taza de granola al día y siempre acompañando a algún alimento rico en proteínas, como el yogur. De preferencia, debe tomarse antes de hacer ejercicio.
Se recomienda el consumo de granola a los deportistas porque es una excelente fuente de energía antes del ejercicio físico.
La granola, al igual que el resto de cereales, es un alimento energético por lo que se recomienda comerla al principio del día, en el desayuno, para aumentar el rendimiento escolar y laboral.
El desayuno ideal está compuesto por lácteos, cereales y fruta.
Las personas que tienen intolerancia al gluten deben abstenerse de comer granola.
Puedes comer este alimento todos los días pero conviene comprar granola de menor contenido en sodio, azúcares sencillos y grasas saturadas.
Los especialistas aconsejan consumir entre 30 g y 35 g al día, como máximo.
La granola es un alimento saludable pero bastante calórico puesto que está elaborado con cereales, miel y frutos secos. Una taza de granola preparada en casa tiene alrededor de 597 calorías, 45 % de grasas totales y 24 g de azúcar. Cuando se come en el desayuno, el organismo dispone de todo el día para quemar las calorías que aporta la granola. Sin embargo, se desaconseja tomarla por la noche antes de dormir porque el cuerpo no quema las calorías y engorda.
Para evitar el aumento de peso se aconseja comer cereales enteros sin agregados de azúcar en lugar de granola.
Conviene saber que la granola es un alimento saludable pero no es light. Por sí misma no ayuda a adelgazar pero contribuye a la pérdida de peso formando parte de una dieta saludable poco calórica y si se acompaña de ejercicio.
Una de las principales desventajas de la granola industrial es su alto contenido en azúcares.
No se conoce ningún efecto secundario producido por la granola, siempre y cuando se consuma de forma moderada y en dosis adecuadas. En cambio, un consumo excesivo de avena, uno de los principales ingredientes de la granola, puede causar dolor abdominal y dolor de cabeza.
Asimismo, personas celiacas pueden padecer síntomas parecidos a los que genera el consumo de gluten cuando coman avena. Las personas alérgicas a los cereales o a la avena deben abstenerse de comer granola.
El movimiento hippie empezó a poner de moda la granola en la década de 1960. En aquella época, este alimento solo se comercializaba en las tiendas de comida saludable y macrobióticas. De esta forma, la granola pasó a formar parte de la contracultura que se oponía al consumo de alimentos enriquecidos con productos químicos e ingredientes que no procediesen directamente de la tierra fértil.
Con el declive de la contracultura hippie en la década de 1970 y la democratización de la comida saludable, la granola se convirtió en un producto interesante para el mercado de la alimentación.
Layton Gentry vendió la primera receta industrial de granola por 3.000 dólares, según la revista Time de 1972. Contenía hojuelas de avena, germen de trigo y semillas de ajonjolí.
En 1978, la granola dejó de ser un símbolo cultural para convertirse en un cereal de fabricación industrial masiva con la marca Heartland. Años más tarde, Heartland se vio obligada a compartir el lucrativo mercado de la granola con Quaker y Kellogg’s.
Es así como la granola original de alta calidad vendida en tiendas especializadas paso a convertirse en un producto industrial de supermercado con menos valor nutritivo.
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