Keppra es un medicamento utilizado para tratar la epilepsia. Viene en presentación de comprimidos.
Keppra es prescrito a los epilépticos de más de 16 años en quienes la enfermedad acaba de ser diagnosticada luego de una o varias crisis recientes. Es también indicada en la asociación con otros medicamentos para tratar las crisis parciales, la crisis mioclónicas (contracciones musculares súbitas e involuntarias) y las crisis generalizadas tonicoclónicas primarias (contracciones, convulsiones y conmociones) a partir de los 12 años. La dosis recomendada varía de 250 a 500 mg (2 veces al día) según el tipo de tratamiento (monoterapia o asociación). La dosis debe ser adaptada en los pacientes afectados de insuficiencia renal.
Keppra es contraindicado en las personas que presentan una hipersensibilidad a su principio activo (levetiracetam), a un derivado de la pirrolidona o a otra sustancia que entra en su composición. Este medicamento no debe ser administrado a los bebés ni a los niños de menos de 6 años.
Los efectos secundarios más frecuentes asociados al Keppra son dolores de cabeza (cefaleas), somnolencia, vértigos, fatiga y rinofaringitis (resfriado). Otros efectos secundarios pueden aparecer, especialmente anorexia, trastornos psiquiátricos (ansiedad, agitación, insomnio, depresión), temblores, problemas de equilibrio, convulsiones, trastornos digestivos (náuseas, vómitos, diarrea, dolores abdominales) y erupciones cutáneas.
No hay que interrumpir el tratamiento de golpe, sino de manera progresiva reduciendo la dosis diaria cada 15 días o cada mes. Como todos los antiepilépticos, Keppra puede provocar ideas suicidas. Por esta razón, los pacientes depresivos necesitan una vigilancia particular.