Poliartritis reumatoide: diagnóstico y tratamiento

La poliartritis reumatoide, uno de los tipos más comunes de reumatismo inflamatorio crónico, causa discapacidad en muchas personas. En este artículo revisaremos algunas de las recomendaciones profesionales dadas por instituciones médicas de prestigio para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Diagnóstico

La poliartritis reumatoide es una enfermedad que puede causar discapacidad en las personas que la padecen. La detección temprana de esta enfermedad es muy importante porque permite iniciar un tratamiento de fondo de inmediato.
Diversas instituciones han propuesto una serie de criterios simples que permiten un detección más rápida de esta enfermedad:

  • rigidez matutina de más de 30 minutos;
  • manifestación continua de los síntomas por un período de más de 6 semanas;
  • sensación de dolor a la presión de las articulaciones metatarsofalángicas;
  • afección simétrica de las articulaciones.

Si todos estos síntomas se manifestaran de manera conjunta, el médico ordenará los exámenes necesarios para el diagnóstico de la poliartritis reumatoide desde la primera consulta. Estos exámenes son:

Los resultados de este examen determinaran la necesidad de poner al paciente en manos de un reumatólogo, especialista capacitado para prescribir el tratamiento de fondo de la poliartritis reumatoide.

Tratamiento

Tratamiento medicamentoso

Los tratamientos a seguir dependen del tipo de poliartitis reumatoide.

Para tratar una poliartritis reumatoide activa sin síntomas graves:

  • metotrexato (administración oral). Dosis inicial: 10mg/semana. Esta dosis debe ser adaptada a cada paciente;
  • se recomienda prescribir el metotrexato asociado a ácido fólico;
  • aumento de dosis: cada 4 u 8 semanas, en caso de respuesta terapéutica insuficiente (medida con la escala DAS 28);
  • dosis máxima: 25 mg/semana;
  • en caso de contraindicación del Metotrexato:
    • leflunomida: 20mg/día (no se recomienda suministrar la dosis de carga/ataque) o
    • sulfasalazina: 1g/día. Aumento de dosis de manera paulatina cada semana hasta los 2 o 3 g/día.
  • en caso de intolerancia o respuesta insuficiente al tratamiento:
    • metotrexato forma parenteral (IM, SC);
  • tratamiento local (infiltraciones).

Para tratar una poliartritis reumatoide activa y severa (tratamiento de primera intención):

  • síntomas de una poliartritis reumatoide severa:
    • HAQ mayor de 0,5;
    • lesiones estructurales observadas a través de exámenes de radiografías;
    • síntomas sistémicos (aparte de la tenosinovitis).
  • acompañamiento de los tratamientos de fondo. Por ejemplo:
    • infliximab o etanercept o adalimumab + MTX o
    • MTX + sulfasalazina+hidroxicloroquina+corticoides

Tratamiento no medicamentoso

También se deben considerar los tratamientos no medicamentosos (kinesiterapia, ergoterapia, podología, terapia psicológica...).
La práctica de actividades físicas como complemento del tratamiento medicamentoso debe ser tomada en cuenta de manera sistemática desde el inicio y no únicamente después de una cirugía.
Además, los médicos que recomiendan actividades físicas promueven la educación terapéutica del paciente puesto que ofrecen al paciente un tratamiento profesional personalizado y una terapia de social al mismo tiempo.

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