La mayoría de los ginecólogos recomiendan respetar un intervalo de 18 a 24 meses antes de considerar un nuevo embarazo. Los estudios demuestran que los embarazos más seguidos tienen más riesgos de complicaciones para la madre y para el bebé. Por ejemplo, el niño puede nacer prematuramente, con bajo peso y tener un retraso de crecimiento. En cuanto a la madre, lo mejor es esperar hasta que recupere sus reservas de hierro y se consolide su periné. Los embarazos muy seguidos específicamente no se recomiendan para las madres que han tenido un parto prematuro o una cesárea.