El acné del recién nacido se caracteriza por unos pequeños granitos que aparecen en la cara, generalmente entre el nacimiento y el segundo mes. Esta afección benigna se debe a una importantes producción de sebo: al fina del embarazo el aporte de hormonas más importante de la madre tiene como efecto una gran estimulación de las glándulas sebáceas. Los granitos, generalmente situados en las mejillas y la frente, desaparecen por sí solos. Lo que se debe hacer normalmente es limpiar la piel del recién nacido con agua y sobretodo no intentar apretar los granos.