La palabra plagiocefalia viene de las palabras griegas plagio (oblicuo) y cefalia (cabeza). Se trata de una deformidad del cráneo que afecta a los bebés durante los seis primeros meses.
Esta deformación puede ser provocada por el parto o por una posición mantenida durante mucho tiempo. También aparece cuando el feto ha estado en el canal pelviano las semanas precedentes al parto. Esta deformación se corrige colocando al bebé de cierta forma. Algunos ejercicios y cojines especiales pueden contribuir a corregir la deformidad.
La plagiocefalia posicional desarrolla una zona plana o asimétrica en la cabeza del bebé debido a algún tipo de presión externa. Muchos bebés nacen con la cabeza deformada por la presión que sufren al pasar por el canal vaginal durante el parto, aunque la mayoría de estas imperfecciones se corrigen solas en unas seis semanas. Si al cabo de este tiempo, la cabeza del bebé sigue asimétrica o se empieza a notar un área plana se aconseja comentarlo con el pediatra.
La plagiocefalia es semejante a la craneosinostosis y muchas veces se confunde con este problema congénito. Este último es más grave y aparece cuando una o más articulaciones de los huesos del cráneo se cierran antes de tiempo y la cabeza del bebé se deforma.
A principios de los años 90, a los padres se les empezó a recomendar que acostaran a los bebés siempre boca arriba para reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita. Aunque esto ayudó a salvar muchas vidas, los expertos notaron que los casos de malformaciones craneales en bebés llegaron a ser cinco veces más comunes. Esto ocurre con mayor frecuencia en los bebés que nacen con una forma común de tortícolis, más frecuente en los bebés prematuros.
Otra causa es el crecimiento restringido dentro del útero, ya sea por un embarazo múltiple, si el útero o la pelvis de la madre son demasiado pequeños, si hay poco o mucho líquido amniótico. También podría ocurrir si el bebé viene de nalgas y su cabeza queda atrapada bajo las costillas de la madre.
En muchos casos, incluso una cabeza que se ve exageradamente plana, se redondea por sí sola a medida que el bebé empieza a gatear y a sentarse solo. De todos modos, se aconseja acudir a un especialista craneofacial o neurocirujano pediátrico en cuanto se note el aplastamiento.
En la mayoría de los casos, al especialista le basta una radiografía o TAC para poder distinguir entre plagiocefalia y craneosinostosis.
Adoptar diferentes posiciones para acostar al bebé y así evitar la presión sobre la zona aplanada. Esta clase de terapia funciona mejor si se aplica antes de que el bebé cumpla 6 meses. A partir de esa edad, es mucho más difícil controlar la posición en la que duerme el bebé.
Si la terapia de reposicionamiento no soluciona el problema, se puede recurrir a una terapia ortopédica en la que se utiliza una banda o cinta (a veces un casco) hecho a la medida del cráneo del bebé. Se suele colocar de 23 a 24 horas al día para corregir la forma del cráneo. Este tratamiento suele durar de dos a seis meses, dependiendo de la edad del bebé cuando inicie el tratamiento y de la gravedad del problema.
La cirugía reconstructiva ya no se recomienda, excepto en los casos más graves o en los casos de craneosinostosis. Si el bebé tiene tortícolis también tiene que recibir terapia física para tratar ese problema.
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