El tratamiento de la dermatitis atópica es sintomático y debe permitir mejorar las lesiones. Es importante ante todo respetar las medidas indispensables de prevención.
Los corticoides locales, también llamados dermocorticoides, son indispensables para calmar la inflamación y disminuir rápidamente las lesiones enrojecidas y supurantes. El uso de corticoides locales es el tratamiento de referencia. Los corticoides permiten luchar contra la inflamación y evitar una posible infección bacteriana.
La potencia de los corticoides utilizados varía de una persona a la otra en función de la zona tratada, la edad, la intensidad de las lesiones y la frecuencia de las aplicaciones.
4 clases de corticoides están a disposición de los pacientes, del más potente al más suave, por orden decreciente. El nivel 1 corresponde al producto más potente y el 4 al más suave. Los niveles 2 y 3 tienen una eficacia intermedia.
Los dermocorticoides son prescritos en 2 formas, en pomada o en crema. Cuando la piel es seca, se recomienda el uso de la pomada. Cuando la piel está supurante, las cremas y los geles son recomendados. Estos están más adaptados a las lesiones situadas en los niveles de los pliegues.
Tratar lo más rápido posible cuando el eczema se vuelve supurante. Esto permite disminuir la aparición de microbios y el riesgo de infección.
Los efectos secundarios debido a los corticoides locales son raros y aparecen durante un tratamiento de larga duración o muy intenso: fragilización de la piel, infección, dependencia, desaceleración del crecimiento del niño...
El uso de los corticoides locales es a menudo insuficiente porque muchas personas temen la aparición de efectos secundarios.
La aplicación de la crema, del gel o de la pomada sobre las partes de cuerpo afectadas es aconsejada una vez al día, preferiblemente por la noche al acostarse o después del baño.
El tratamiento debe ser seguido hasta la desaparición completa de las lesiones.
Es aconsejado no frotar y no ponerse demasiado producto. La unidad de medida es la falangeta o media falangeta. El médico prescriptor precisará la cantidad y la duración de utilización.
Dejar de usar el producto al desaparecer las lesiones. Aplicar luego una crema emoliente con el fin de hidratar bien la piel.
El uso de los corticoides locales es aconsejado por el médico y objeto de una prescripción.
Es importante guardar los tubos utilizados para mostrar al médico la cantidad de corticoides locales utilizados.