El estreñimiento agudo generalmente se define por una disminución del tránsito intestinal, que genera una disminución en la frecuencia de las deposiciones que tienen un aspecto deshidratado. La persona tendrá dificultades para defecar o incluso no lo hará en absoluto. Distinguimos el estreñimiento debido a un trastorno de la progresión de las heces, que es el caso más frecuente y se relaciona con este tránsito lento, con otro tipo de estreñimiento llamado terminal o disquesia que puede estar relacionado con la dificultad en la evacuación de las heces.
Definimos arbitrariamente el estreñimiento cuando comprobamos que la persona tiene menos de tres deposiciones a a la semana, pero podemos ser estreñidos en presencia de una frecuencia superior de defecaciones. Esto también puede manifestarse con una necesidad de hacer mucha fuerza para evacuar (hacer caca) y con una sensación de heces restantes después de la deposición incompleta o la necesidad a veces de valerse de los dedos para acabar la evacuación. Un episodio de estreñimiento agudo viene determinado por estos criterios y aparece de manera puntual, durante algunos días o semanas: las heces son duras, secas, emitidas en pequeñas cantidades o inexistentes. La eliminación no es eficaz.
El diagnóstico se basa en el interrogatorio en busca de los indicios anteriormente mencionados. En caso de duda puede hacerse una radiografía del abdomen (abdomen sin preparación o ASP) , que muestra un estancamiento de las heces, o por un examen con tacto rectal en busca de un tapón de heces, llamado impactación fecal. Debe palparse también el abdomen ya el vientre puede encontrarse duro y distendido, se pueden sentir las heces en la palpación.
El tratamiento en un principio consiste en realizar un régimen rico en fibra, una hidratación suficiente (privilegiar el agua Hépar por ejemplo). En los casos en los que se encuentran heces abundantes en la parte terminal del aparato digestivo, en el recto, podrá realizarse un enema (Normacol, lavativa evacuante) con el fin de eliminar las heces y restablecer el tránsito. El uso de glicerina en forma de supositorios también puede facilitar la eliminación de las heces. Un tratamiento laxante por vía oral (macrogol, lactulosa) será recetado en los casos de estreñimiento crónico. Este tratamiento hay que tomarlo durante varias semanas para restablecer un tránsito correcto.
A título preventivo lo mejor es una alimentación equilibrada, rica en fibras, e hidratarse correctamente (beber aproximadamente 1,5L de agua / día) y moverse bastante con el fin de mantener un buen tránsito intestinal y así, evitar los episodios de estreñimiento. En general la introducción de algunos cambios en el régimen alimentario es suficiente para restablecer el tránsito intestinal.