La fisura anal es una úlcera de la mucosa del ano que provoca una herida en los pliegues anales.
La fisura causa dolor intenso al defecar, sangrado y ardor. Los síntomas de la fisura anal pueden confundirse con los de las hemorroides, aunque la principal diferencia entre ambas reside en el fuerte dolor que genera la fisura anal y que provoca temor para evacuar. El paciente experimenta dolor rectal y manchado con sangre fresca del papel higiénico.
Cualquier motivo que pueda predisponer o disponer a la mucosa del ano a un traumatismo (estreñimiento, diarreas, hemorroides, etc.) puede influir en la aparición de una fisura anal.
Los síntomas incluyen dolor intenso al evacuar, manchado con sangre fresca en el momento de la limpieza tras la deposición.
La fisura anal también puede producir prurito o escozor en el ano.
La fisura causa dolor muy intenso, agudo y de carácter cortante, claramente asociado con el paso de las heces durante la deposición y que persiste durante minutos u horas después de esta.
Estas úlceras aparecen generalmente en el margen anal anterior y posterior.
Si la úlcera se sitúa en otro lugar, por ejemplo, en los márgenes laterales del ano o no causa dolor será necesario descartar que no se deba a otras causas como la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) o a otras enfermedades infecciosas o úlceras tumorales.
Tanto el estreñimiento crónico como las diarreas muy líquidas e irritantes causan fisuras.
También las sufren las mujeres durante el postparto.
Otras causas menos frecuentes son algunas infecciones como tuberculosis o sífilis y las enfermedades inflamatorias como la enfermedad de Crohn.
Mediante un tacto rectal se puede detectar una fisura.
Para confirmar el diagnóstico de una fisura anal es necesario descartar otras posibles causas que produzcan unos síntomas parecidos a los de la fisura anal. En este sentido, hay que excluir la presencia de hemorroides, fístulas anorrectales, condilomas anales, úlceras anales, pólipos rectales o colgajos cutáneos.
Para empezar, conviene saber que al menos el 50 % de las fisuras cicatrizan por sí mismas o con tratamiento médico.
No obstante, se recomienda el uso de ablandadores de la materia fecal o agentes de volumen. Se trata de unos compuestos de semillas o sustitutos de la fibra vegetal que favorecen la realización de deposiciones blandas y no diarreicas.
Para calmar el dolor son útiles los baños de asiento con agua templada durante diez o quince minutos después de cada deposición.
Tampoco hay que olvidar que tanto una dieta rica en fibra como la realización de ejercicios y una higiene adecuada contribuyen positivamente a la curación de la fisura.
Además de estos tratamientos, el médico probablemente prescriba fármacos que solucionen la isquemia o reduzcan la circulación sanguínea en la zona, como por ejemplo, la nitroglicerina al 0,4%, un fármaco que actúa como un vasodilatador, relajando la musculatura esfinteriana y permitiendo a la fisura cicatrizar por sí misma.
En ocasiones la aplicación de tratamientos tópicos a base de pomadas o cremas que contengan anestésicos locales, antiinflamatorios (con corticoides) puede producir un alivio sintomático.
Estos tratamientos evitarán en gran medida una posible operación quirúrgica.
En caso de no mostrar mejoría con el tratamiento médico se deberá realizar una nueva exploración para valorar si es necesario operar.
La intervención quirúrgica consiste en realizar un pequeño corte al esfínter anal para permitir que se relaje y cicatrice. Esta cirugía se denomina esfinterotomía lateral interna.
La recuperación y cicatrización completa dura de tres a cuatro semanas pero el dolor desaparece en unos días.
Los resultados de esta intervención son excelentes y la mejoría en la sintomatología es prácticamente inmediata, ahora bien, debido a su carácter irreversible, los médicos aconsejan en primer lugar otros tratamientos más conservadores. Más del 90% de los pacientes que requieren cirugía para curar una fisura anal no vuelven a presentar fisuras.
El especialista indicado para el tratamiento de esta enfermedad es el coloproctólogo o especialista en coloproctología.
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