La hepatitis A es una enfermedad de origen viral que afecta al hígado. Las materias fecales transmiten el virus de la hepatitis A (VHA) y este virus se transmite habitualmente a través de los alimentos o el agua contaminada. A este tipo de transmisión se le llama oral-fecal. La hepatitis A es una hepatitis aguda de forma que puede pasar desapercibida.
En su forma típica los síntomas son fatiga, fiebre, dolores musculares o articulares, dolor de cabeza, náuseas y diarreas; aparece ictericia.
Un análisis de sangre muestra los anticuerpos específicos que permiten confirmar el diagnóstico. La hepatitis A suele curarse espontáneamente. Las normas de higiene y las vacunas permiten, posiblemente, en algunos casos, estar protegidos.