La diarrea es un trastorno del tránsito que se caracteriza por heces sueltas o líquidas, en cantidades anormalmente altas, con una frecuencia de emisión de heces aumentada de varias veces al día. La diarrea puede ser puntual cuando evoluciona durante menos de dos semanas; en caso de que los síntomas persistan durante más de un mes se habla de diarrea crónica.
La diarrea no es una enfermedad sino un síntoma de otra enfermedad y puede aparecer en muchas enfermedades. Las causas son diferentes según sea aguda o crónica. A título no exhaustivo, citemos para las diarreas agudas las diarreas infecciosas que son las más frecuentes.
Entre ella encontramos las gastroenteritis agudas de origen viral, las diarreas bacterianas debidas las salmonelas, a las shigellas o al campylobacter por ejemplo, las diarreas debidas a las medicinas (particularmente los antibióticos) y las intoxicaciones alimentarias.
Las diarreas crónicas, puede tener su origen en causas medicamentosas, infecciones parasitarias, enfermedades crónicas de los intestinos como la enfermedad de Crohn o la rectocolitis hemorrágica, la enfermedad celíaca, un hipertiroidismo o los cánceres, particularmente aquellos que afetan al colon.
Los síntomas de la diarrea incluyen:
Este único criterio permite definir la presencia de este síntoma, pero no orienta sobre la posible causa de este trastorno del tránsito. Son otros síntomas clínicos y el contexto los que guiarán al médico hacia una posible causa.
Hacer el diagnóstico de un síntoma no es difícil. Es hacer el diagnóstico de la causa del síntoma lo que será más complicado. Así el médico deberá hacer un interrogatorio preciso en el que buscará:
Si el diagnóstico no es evidente al final de este interrogatorio, se practicarán exámenes complementarios orientados según las causas sospechadas :
En la mayoría de los casos, la diarrea se cura sóla cuando está relacionada con una infección como una gastroenteritis, por ejemplo. Una vez identificada la causa debe ser tratada.
Puede tratarse con antibióticos en caso de infección bacteriana, de un tratamiento antiparasitario en caso de afección parasitaria, de la interrupción de una medicamento que sospechemos que puede ser la causa o el tratamiento de una patología en la cual la diarrea es sólo un síntoma como las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino o los cánceres.
Se recomienda una dieta y una hidratación adecuada para evitar la deshidratación y la ingesta de alimentos como el arroz, por ejemplo. En algunos casos, los síntomas pueden reducirse mediante el uso de moléculas que ralentizan el tránsito intestinal o la disminución de la secreción intestinal.
La prevención concierne sobre todo a las diarreas de origen infeccioso y para esto es necesario: