La ictericia es un síntoma que se caracteriza por una coloración amarillenta de las mucosas, de la piel y de la conjuntiva, la parte blanca del ojo. La ictericia es causada por una acumulación anormal de bilirrubina, una sustancia secretada por el hígado debida a la degradación de los glóbulos rojos de la sangre en el bazo. La bilirrubina es un pigmento amarillo. El hígado elimina la bilirrubina, que pasa a la bilis y luego se vacía en el intestino. La bilirrubina es luego degradada por los órganos digestivos y se elimina en las heces: es la degradación de la bilirrubina en estercocolina lo que dá el color marrón a las heces. La ictericia es una patología que puede afectar a los recién nacidos: en este contexto se le denomina ictericia neonatal (ver ficha específica). En los adultos, son varias las causas pueden ser responsables de ictericia, principalmente las enfermedades que afectan al hígado. Así, pueden provocar ictericia ciertas enfermedades genéticas o más frecuentemente una hepatitis, la presencia de cálculos biliares y los tumores del hígado o del páncreas.
La ictericia es un síntoma, es, por definición, su propia manifestación. Puede afectar a la piel, a las mucosas (el revestimiento de las paredes internas de ciertos órganos) bucales o genitales y a la conjuntiva, que es el blanco del ojo. Esta última localización es, a menudo, la primera en aparecer: en los individuos de raza negra o piel oscura es posible que la ictericia pueda ser detectada unicamente a este nivel.
Además de este síntoma, otros signos clínicos se asocian frecuentemente con una ictericia y pueden ayudar a orientar el diagnóstico. Así, entre los más frecuentes encontramos:
La ictericia se confirma por su presencia, ya que es un síntoma. Un análisis de sangre, sin embargo, está indicado y podrá ayudarnos a distinguir otras causas raras de coloración amarillenta de la piel como el hipotiroidismo o insuficiencia de las hormonas secretadas por la glándula tiroides. En caso de ictericia encontramos un aumento de la bilirrubina en sangre. Otros exámenes serán practicados para buscar la causa de la ictericia: el análisis de sangre estudiará, particularmente, el funcionamiento del hígado, los marcadores de la inflamación, los glóbulos y las proteínas sanguíneas. También está indicado practicar una ecografía del hígado e, incluso, un escáner.
La ictericia es un síntoma, el resultado de una enfermedad. Por lo tanto, hay que tratar la causa una vez que se detecta. El tratamiento se adaptará en función de que se trate de una hepatitis, unos cálculos biliares o un cáncer .