El dolor de dientes es sintomático de numerosas patologías bucodentales y en ciertos casos de trastornos ORL.
La caries es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por el daño de la dentina y del esmalte del diente.
Se manifiesta por un dolor vivo, agudo y breve provocado por contacto con el frío o el calor, los alimentos ácidos o el azúcar.
Una caries puede evolucionar en pulpitis, inflamación de la pulpa situada en el centro del diente (pulpitis).
El dolor varía entonces en función del grado de inflamación de la pulpa.
La pulpitis puede ser reversible o irreversible según el grado de la afección. En el segundo caso, el dolor aumenta y se vuelve punzante. Sin tratamiento (que consiste en desvitalizar el diente), puede producirse una necrosis progresiva, lo que puede provocar una infección.
En el bebé, la salida de los dientes es un síntoma doloroso frecuente.
Ciertos dolores localizados en uno o varios dientes no son relacionados a una patología dentaria. Especialmente en caso de:
Todo dolor agudo o instalación crónica constituye un motivo de consulta a un dentista. La caries, muy a menudo implicada en este tipo de dolores, es una lesión reversible si es tratada a tiempo.