Cuáles son los primeros síntomas del pie diabético

En los diabéticos, las lesiones del pie son muy frecuentes. La mayoría de las veces son producidas por traumatismos, por mínimos que sean.

Qué es el pie diabético

El pie de la persona con diabetes sufre una alteración de la circulación sanguínea y las terminaciones nerviosas. Si, además, no se controla bien la glucemia en la sangre, no se usa un calzado apropiado y no se cuida adecuadamente el pie pueden surgir graves complicaciones. Es por esto que el pie diabético se considera un pie de riesgo, desde el punto de vista médico.

Causas del pie diabético

En primer lugar encontramos los problemas de tipo sensitivo. El pie del diabético pierde sensibilidad y no nota el dolor (neuropatía sensitiva negativa). Por esta razón, las personas diabéticas tienen dificultades para notar los roces, las ampollas y las heridas. El pie y las piernas pueden sufrir sensaciones desagradables y dolorosas de manera espontánea, pese a no sentir los estímulos que nos avisan de que tenemos una lesión (neuropatía sensitiva positiva). También puede sufrir deformaciones y perder fuerza, por lo que aparecen con más frecuencia lesiones por rozamiento o por presión excesiva en las zonas deformadas (neuropatía motora).

Asimismo, la circulación de la sangre en las piernas puede disminuir, por lo que pueden aparecer heridas por falta de riego o retrasos en los procesos de cicatrización de las heridas. El organismo del diabético también tiene problemas para defenderse de las infecciones, por lo que las probabilidades de que aparezcan son mayores.

Cuáles son los síntomas del pie diabético

Los síntomas más frecuentes son los calambres, los hormigueos, la falta de sensibilidad y la aparición de úlceras en la piel de los pies. También podemos encontrar hinchazón, decoloración de la piel (que puede aparecer enrojecida, azulada, gris o blanca), lesiones o heridas que no provocan dolor o este es muy ligero, con o sin secreción o deformidades. Los pacientes con una herida infectada pueden tener fiebre, escalofríos, temblores, enrojecimiento, secreción o mal control de su azúcar en la sangre.

Cuáles son las complicaciones del pie diabético

Las complicaciones se deben principalmente al daño en los nervios (neuropatía) que provoca una pérdida de sensación en los pies. También influye la mala circulación y los cambios en la forma de los pies o dedos. Debido a este hecho pueden aparecer ampollas, lesiones o heridas que el paciente no nota porque no le provocan dolor y pueden llegar a infectarse.

Para evitarlo se proponen los zapatos terapéuticos que son más apropiados que los zapatos normales. También la piel de los pies puede aparecer muy seca, por lo que después de la ducha se deben secar muy bien los pies e hidratarlos con una fina capa de vaselina simple, crema de manos sin olor u otro producto humectante.

Clasificación del pie diabético

Los grados del pie diabético según sus lesiones son:

Grado 1: úlcera superficial; los tendones profundos no están afectados.
Grado 2: extensión hacia los tendones, cápsula articular y huesos.
Grado 3: absceso, osteomielitis (infección del hueso o médula ósea), osteoartritis y tendinitis.
Grado 4: principio de gangrena (un dedo del pie, por ejemplo).
Grado 5: gangrena extendida.

Pie diabético: tratamiento

Grado 0: si no existen úlceras se deben realizar cuidados preventivos, que impidan el desarrollo de una úlcera. En estos casos es muy importante controlar la higiene de los pies y no andar descalzo para que no se produzcan pequeñas heridas que puedan infectarse posteriormente.

Grado 1: ya aparecen úlceras superficiales. Existe una herida que afecta el espesor de la piel, pero no hay infección. En estos casos se debe disminuir la presión sobre el área con úlcera. Cuando existe un exceso de peso hay que seguir una dieta para que la sangre circule mejor.

Grado 2: aparecen úlceras profundas. En estos casos ya existe infección y ha penetrado en las capas de grasa y ligamentos, aunque aún no ha llegado hasta el hueso. Se debe tomar una muestra para hacer un cultivo y poder conocer el germen responsable de la infección y así utilizar el antibiótico apropiado. Se debe realizar una buena limpieza de la piel muerta y una curación tópica, utilizar antibióticos y coadyuvantes antimicrobianos, como productos con iones de plata.

Grado 3: es el caso de una úlcera con afectación del hueso o una afectación profunda. Cursa con una infección profunda y formación de los depósitos de pus que se llaman abscesos. A menudo aparece inflamación ósea (osteítis). Las probabilidades de que se tenga que practicar una cirugía son altas.

Grado 4: es el estadío de la gangrena limitada. El paciente debe estar hospitalizado y se debe valorar el grado de necrosis de los tejidos. Se suele realizar una cirugía revascularizadora para mejorar el aporte de sangre a los tejidos y así evitar la amputación. A veces se utiliza un tratamiento en cámara hiperbárica donde se respira aire muy rico en oxígeno para detener la gangrena.

Grado 5: es necesaria la amputación para que la necrosis no se extienda ni provoque una infección generalizada. Las amputaciones son más frecuentes en los pacientes con diabetes de larga evolución porque sus vasos sanguíneos están más lesionados. Sin embargo, las amputaciones podrían reducirse de forma significativa con un tratamiento adecuado y multidisciplinar como el que ofrecen las unidades de pie diabético en algunos hospitales.

Cómo saber si tengo pie diabético

Cuando una persona sufre una diabetes de mas de 10 años de evolución o tiene problemas para controlar sus niveles de azúcar en la sangre tiene mas probabilidades de padecer pie diabético. Por lo tanto, se deben detectar a tiempo los problemas de sensibilidad y circulación de la sangre para prevenir esta patología.

Qué pasa con el pie diabético

Las lesiones del pie en una persona diabética deben cuidarse, ya que pueden conllevar una amputación si no se tratan adecuadamente. Las lesiones del pie pueden ser provocadas por una arteritis (inflamación de las paredes de las arterias) o una neuropatía, dos complicaciones frecuentes de la diabetes, a veces asociadas a una infección. La infección es un factor que puede agravar estas lesiones. Todos los expertos están de acuerdo en que el número de amputaciones podría ser menor informando más a las personas diabéticas y detectando a los pacientes en riesgo.

Cuáles son los riesgos del pie diabético

El diabético tiene problemas de sensibilidad a la temperatura y sufre una disminución de la sensación del dolor, es decir, no percibe los traumatismos que puedan padecer sus pies y, por lo tanto, puede herirse sin darse cuenta. También presenta a menudo una sequedad de la piel que provoca fisuras que pueden ser el origen de infecciones. Las deformaciones de los pies (que causan, por ejemplo, las callosidades) pueden aparecer y ser fuentes de heridas posteriores. Una lesión de pie que no se cuida y trata adecuadamente puede tener consecuencias graves como una amputación.

Es importante seguir una buena higiene cada día con el fin de evitar que se llegue a un estadío de arteritis y neuropatía. Reducir los factores de riesgos: respetar los límites de la glucemia fijados por el médico, no beber alcohol y no fumar (el tabaco contribuye a la arteriosclerosis). También es importante controlar la presión arterial y vigilar la tasa de colesterol. Evitar el sedentarismo.

Efectos de la diabetes en la piel

Hay que cortar las uñas, pero no tenerlas demasiado cortas ni dejarlas en carne viva. La mejor opción es limarlas. Por otra parte, no utilizar un instrumento afilado para los callos y las durezas de los pies. Limar las durezas y los callos con piedra pómez, por ejemplo. Aplicar una crema hidratante en el caso de que la piel de los pies esté seca.

Se recomienda consultar regularmente a un podólogo, según las recomendaciones del médico. Es importante asegurarse que los podólogos y pedicuros estén capacitados para practicar los cuidados diabéticos, ya que no todos realizan las sesiones de prevención y tratamiento de las lesiones. Estas sesiones no pueden efectuarse a domicilio. El podólogo y pedicuro están obligados a realizar las sesiones en un consultorio para mantener las buenas condiciones de higiene y seguridad.

Remedios caseros para dolor de pies en diabéticos

Cambiar todos los días los calcetines. Evitar llevar los calcetines nuevos más de 4 horas y los pliegues. Escoger calcetines de algodón o fibras naturales.

Tener zapatos confortables. Una buena opción es comprarlos al final del día cuando los pies están más hinchados, escoger calzados un poco más grandes de la talla para que no sean demasiado apretados. Elegir de preferencia los zapatos con cordones y escoger zapatos flexibles. No usar calzado viejo que pueda ser fuente de traumatismos. Hay que evitar las fricciones, se recomienda pasar la mano dentro de los zapatos antes de ponérselos para comprobar la ausencia de elementos que puedan ser fuente de heridas, como las piedrecitas. Limitar la altura de los tacones a 5 cm. Usar zapatos en todas las estaciones del año, incluso en verano. Tener, si es posible, 2 o 3 pares para alternarlos.

Cómo curar el pie hinchado de un diabético

Evitar tomar baños prolongados de pies. No se deben utilizar bolsas de agua caliente ni mantas eléctricas. Evitar los baños calientes, ya que el calor aumenta el riesgo de quemaduras.

Los pies que han perdido su sensibilidad están más expuestos a cualquier tipo de herida. No caminar descalzo. Estar al día con la vacunación antitetánica. Estas medidas limitan los riesgos de que aparezcan lesiones en los pies, muy perjudiciales para los diabéticos.

Cuidados de enfermería del pie diabético

Es importante lavar cada día los pies con agua templada y jabón, secarse y limpiarse bien entre los dedos a fin de evitar la aparición de micosis y sobreinfección en los espacios entre los dedos.

Examinar los pies todos los días para localizar cualquier lesión. Utilizar un espejo y dejarse ayudar. Verificar la ausencia de heridas, durezas, micosis, etc. Consultar a la menor duda con el doctor para evitar gangrenas y amputaciones.

Cómo curar una herida en el pie diabético

Una herida del pie representa una verdadera urgencia que necesita una consulta rápida. Lavar con agua y jabón de Marsella, desinfectar la herida y consultar con un médico de urgencias. Hacer una extracción bacteriológica para identificar el germen y poder administrar el antibiótico adecuado. Evitar apoyar el pie y, si fuera necesario, recortar los zapatos. Disponer con anticipación de un antibiótico de amplio espectro y anticoagulantes. La herida del pie, como rozaduras o uñas encarnadas, a menudo no se siente como tal, pero corre el peligro de no cicatrizar y evolucionar hacia una gangrena en unas horas.

Los pacientes de riesgo son las personas que viven solas y los diabéticos que tienen problemas articulares o de visión. Hay que garantizar la protección de los pies, estar atento a los hormigueos, dolores o calambres, así como a la piel frágil y seca.

Cómo evitar la amputación del pie diabético

Cada 30 segundos se practica una amputación a un paciente a causa de la diabetes. Casi el 70 % de las amputaciones las padecen personas afectadas de diabetes. La mayoría de las amputaciones empezaron por una úlcera en el pie.

Supervisar la eficacia del tratamiento de las complicaciones que puedan aparecer a nivel de los pies. Asegurarse que las uñas estén bien cortadas, la ausencia de micosis y de talones agrietados, que los zapatos no representen ningún riesgo y que el diabético no camine descalzo. También que el paciente consulte regularmente al podólogo y la ayuda del entorno familiar si el enfermo tiene problemas visuales o carece de agilidad.

Foto: © Weerapat Kiatdumrong – 123RF.com

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