Seducir, sorprender, jugar, improvisar, compartir, ser generoso y creativo, renovarse y acabar con las costumbres son elementos que ayudan a una pareja a ser felices durante los años que pasen juntos.
Las causas de una falta de deseo en el hombre pueden ser psicológicas (depresión, estrés, problemas con la imagen del cuerpo) y físicas (un nivel bajo de testosterona debido a ciertos medicamentos como la finasterina, el uso de drogas, el hipotiroidismo, la vasectomía, problemas cardíacos, la diabetes y la presión arterial alta). También influyen los hábitos como el alto consumo de alimentos procesados y el sedentarismo.
La falta de deseo puede ser primaria (de toda la vida) o secundaria o situacional (con una determinada pareja). Entre las causas que pueden disminuir el deseo en la mujer encontramos el cansancio, los problemas en la relación de pareja, información sexual inadecuada, una violación o un abuso sexual en el pasado, ciertos medicamentos como los métodos anticonceptivos hormonales o algunos antidepresivos.
Diversos estudios científicos explican el deseo sexual en función del nivel de testosterona en la sangre. En el caso de los hombres, esta hormona les ayuda a mantener la erección durante el coito, mientras que en las mujeres actúa sobre todo aumentando su libido. Aunque también está unida a factores psicológicos y emocionales.
Hay que dedicar un tiempo para vivir plenamente la sexualidad, disminuir otras actividades que impiden dedicar el tiempo necesario a dialogar, comprender y ofrecer ternura. No dudar en seducir. Liberarse de prejuicios, imaginar escenarios y citas que no son habituales (en el hotel, el campo o la playa).
Arreglarse, perfumarse, practicar regularmente masajes, bañarse juntos, hacerse sorpresas, utilizar juguetes sexuales, imaginar juegos sexuales, nuevas posiciones, disfrazarse, hacerse mimos, acariciarse y decirse cosas tiernas.
Hay que intentar no estar siempre juntos y separarse de vez en cuando con el fin de que cada miembro de la pareja tenga algún espacio de libertad, salir con los amigos o solo y permitir también a la pareja que lo haga.
En algunas parejas puede funcionar vivir en lugares separados, aunque esta solución requiere ciertos medios financieros y es difícil de realizar cuando hay hijos comunes.
Hay que aprender a expresar los deseos, contar qué posiciones sexuales y qué situaciones se prefieren, las caricias que más excitan y los lugares en donde se gustaría hacer el amor.
Aprender a aislarse del mundo exterior cuando estás en plena intimidad (apagar el teléfono móvil, la televisión y la computadora que tienden a disminuir el apetito sexual). Mandarse mensajes o correos eróticos, escuchar música sensual cuando se hace el amor. Cuidar el cuerpo: hacer deporte, dejar de fumar y dormir bien también ayuda.
La calidad de relaciones sexuales no está vinculada con su frecuencia. No existe un ritmo sexual normal. Ciertas personas prefieren hacer el amor a menudo y otras poco. Pero hay que tener en cuenta que las necesidades de los dos pueden ser diferentes y provocar frustraciones o dificultades en la pareja.
Ciertas parejas solo hacen el amor una o dos veces al mes de manera muy intensa y están satisfechas con ese ritmo. Las relaciones pueden ser poco frecuentes, pero muy potentes. Acariciarse, tocarse, besarse también son gestos de amor y participan en la sexualidad.
Ayudar en las actividades de la vida cotidiana (cursos, limpieza, niños) para que la mujer pueda estar más relajada.
Puede ayudar a aumentar el deseo sexual en el hombre diferentes remedios caseros como el ginseng, la vitamina B3 o ácido nicotínico, el clavo, la cebolla, el maíz dulce, el ejercicio físico y otros afrodisiacos. Las mujeres pueden vestirse de manera sexy y ponerse lencería atractiva también puede ayudar.
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