La bronquiolitis en los bebés es una patología bastante frecuente, específica de los niños antes de la edad de 2 años. La bronquiolitis generalmente aparece entre octubre y marzo, y registra un pico en el momento de las fiestas de finales de año. De origen viral y causada principalmente por el virus respiratorio sincitial o VRS, es contagiosa y con frecuencia se produce en pequeñas epidemias en las guarderías infantiles. Esta enfermedad requiere un tratamiento inmediato para evitar su posible evolución hacia una forma grave.
La bronquiolitis en bebés se manifiesta de diferentes maneras. Los síntomas más frecuentes después de un período de uno a dos días con secreción nasal son:
Si un niño tiene mucha dificultad para respirar, necesita una consulta con urgencia.
Para saber si un bebé está afectado por bronquiolitis, el médico o el pediatra le preguntará a los padres sobre la actitud del niño y las molestias respiratorias. A continuación, se procederá a un examen clínico: se debe prestar especial atención a la respiración del bebé y a la presencia de crepitantes o sibilancias en la auscultación de los pulmones. Una radiografía de tórax se hace a veces en caso de duda para eliminar una infección pulmonar. No se requieren más exámenes.
La bronquiolitis en los bebés evoluciona espontáneamente hacia la curación en unos pocos días, aunque la tos puede persistir durante unos días más. Para aliviar al paciente, los padres deben tener cuidado de destaparle la nariz con una solución salina varias veces al día o con una mosca-bebé. La elevación de la cabecera de la cama de 10 a 30 ° con la ayuda de una almohada debajo del colchón puede ayudar al niño a respirar, especialmente durante la noche. Se aconseja dividir las comidas en varias tomas al día. También es interesante el apoyo con una fisioterapia respiratoria para ayudar a drenar las secreciones. La bronquiolitis en los bebés es una patología que se debe tomar en serio, sobre todo en los niños menores de 1 año, en especial los de menos de 6 semanas cuando se requiere atención hospitalaria con frecuencia.
Para prevenir la bronquiolitis en los bebés existe una inyección mensual que se aplica durante los dos primeros inviernos para los niños más vulnerables, incluidos los prematuros. Una buena higiene de las manos y la falta de contacto entre un niño y un individuo enfermo son imprescindibles.