El útero, también denominado matriz, es un órgano muy importante del aparato reproductor femenino cuya función es acoger un nuevo ser. Sin embargo, en ocasiones, el útero adopta ciertas posiciones en el organismo que pueden afectar el correcto desarrollo de un embarazo.
La función principal del útero, además de servir de paso a los espermatozoides, es albergar a un nuevo ser, nutrirlo y protegerlo a lo largo de las distintas etapas de la gestación. En efecto, un embarazo dura aproximadamente 280 días. El huevo fertilizado pasa los primeros cinco días de vida dentro de la trompa de Falopio y después desciende al útero donde el cigoto pasará los 275 días restantes.
El útero o matriz es un órgano muscular, sólido, de forma piriforme ubicado en la cavidad de la pelvis, delante del recto y detrás de la vejiga. Cuenta con unas dimensiones aproximadas de 8 cm x 5 cm x 3 cm en la mujer que no ha parido (nulípara) y pesa entre 50 gr y 90 gr. La anatomía del útero es la siguiente:
El cuerpo del útero está separado del cuello del útero por el istmo uterino y está unido por ambos lados a las trompas de Falopio.
El cuello del útero o cérvix es la porción inferior del útero que se proyecta dentro de la vagina mientras que la otra parte se sitúa en la pelvis. Se trata de una estructura muscular muy particular ya que en condiciones normales mide entre 6 cm y 7 cm pero puede ensancharse o dilatarse para albergar en su interior a uno o más fetos de 3 Kg de peso o incluso más.
Visto de lado, en función de la relación que guarda el cuello del útero con la vagina, por un lado y con el cuerpo uterino por otro lado, el útero estará en posición de versión. En esta posición el cuello uterino forma un ángulo con la vagina, de forma que, de acuerdo a su posicionamiento hacia delante o hacia atrás, se denominará anteversión o retroversión, respectivamente.
En cambio, el útero estará en posición de flexión si el cuello uterino forma un ángulo con el cuerpo uterino. Esta posición se denomina ante o retroversión.
Si, por el contrario, vagina, cuello y cuerpo están alineados, el útero se encontrará en posición indiferente
Normalmente, el útero está en posición anteversoflexión. Sin embargo, el 8 % de las mujeres tienen el útero en posición retroversoflexión. Se ha asociado esta circunstancia con el hecho de padecer infertilidad o problemas en el embarazo pero hoy se sabe que es tan normal como ser zurdo (aunque la mayoría de la gente sea diestra).
Por otro lado, si miramos el útero de frente, lo encontraremos centrado en la pelvis o bien situado más a la derecha o a la izquierda. Lo habitual es tener el útero en anteversoflexión y centrado, todas las demás posiciones se denominan "malposiciones uterinas".
Se las conoce como "malposiciones uterinas". Esta denominación es fruto de una confusión entre lo que es infrecuente y lo que es "anormal" o patológico. Algunas teorías consideran que estas variaciones de la "normalidad" en la posición del útero son las responsables de gran cantidad de síntomas de todo tipo, de ahí que intenten corregirlas mediante ejercicios y masajes. Así, a principios del siglo pasado, algunos cirujanos intentaron modificarlas quirúrgicamente.
Actualmente, tener el útero en posición de retroversión se considera normal, en cambio,cuando el útero esta en posición de retroversoflexión puede causar problemas en caso de embarazo.
En efecto, cuando el útero esta en retroversoflexión, es decir, cuando el cuerpo uterino esta tan caído hacia atrás que su fondo se sitúa en un plano anterior al cuello uterino, pueden presentarse problemas durante el embarazo.
Existe el riesgo de una llamada "encarcelación" por la que el útero quedaría aprisionado en la pelvis ósea y de no liberarse, la mujer podría abortar. En este caso, lo que se suele hacer es colocar el útero en anteflexión o en posición indiferente mediante un tacto vaginal. Esta maniobra es casi siempre posible.
Hoy en día no se aconseja la intervención quirúrgica para colocar el útero en anteflexión o en posición indiferente. Hace algunos años se creía que la retroflexión era una causa de esterilidad, pero hoy día esta idea ha sido desechada y no se recomienda la operación.
Las "malposiciones uterinas" únicamente producen esterilidad si el útero está forzosamente inmovilizado en esa posición a causa de las cicatrices y adherencias secundarias ocasionadas por una enfermedad inflamatoria pélvica o una endometriosis. Por este motivo, ambas enfermedades están reconocidas como causa de esterilidad.
En este caso se debería corregir quirúrgicamente la situación forzosa del útero como parte de un tratamiento quirúrgico más amplio.
El útero bicorne no suele causar problemas, a menudo no se descubre hasta que no se practica una cesárea. No obstante, las malformaciones del útero pueden estar asociadas a una insuficiencia cervical, que consiste en la incapacidad del cuello uterino para mantenerse cerrado hasta el final de la gestación. En este caso, si el cuello del útero se dilata, puede provocar un parto prematuro.
Por eso, si durante el embarazo tiene lugar alguna pérdida, aunque sea un manchado de sangre leve, dolores rítmicos o un dolor intenso e intermitente como el de la regla, se debe acudir al ginecólogo.
Cuando se detecta un problema de insuficiencia cervical se practica un cerclaje, que consiste en cerrar el cuello del útero con un punto que se retira en el momento del parto.
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